«Que la chupen y sigan chupando». Con esa salida de tono se presentó Diego Armando Maradona ante la prensa a la conclusión del choque que enfrentó a Uruguay y Argentina en el Estadio Nacional de Montevideo. La albiceleste selló un sufrido pase al Mundial gracias a un gol del Gringo Mario Bolatti -ex del Oporto y actual pivote de Huracán, casi sin experiencia con la selección absoluta- a apenas cuatro minutos del final.

El partido, como era de esperar, estuvo dominado por los nervios y la tensión. El discurrir del juego fue lento, feo y absolutamente trabado. Más aún cuando ambos contendientes empezaron a echar mano de los transistores para conocer el resultado de Ecuador en Chile. Decir que lo visto en el Centenario de Montevideo es «antifútbol» se antoja demasiado crítico, pero es cierto que el espectáculo que dieron Uruguay y Argentina fue sumamente pobre.

A la conclusión del encuentro llegaron las imágenes más esperadas de la jornada. El equipo argentino hizo una auténtica piña para celebrar su agónica clasificación y Maradona soltó toda su tensión abrazando a Carlos Bilardo, ahora director técnico de la AFA. Una foto cargada de morbo, ya que las informaciones llegadas desde Argentina durante las últimas semanas hablaban de la nula relación existente entre ambos.

En sala de prensa, el Pelusa volvió a mear fuera del tiesto. No es la primera vez. La historia no escatima en desatinos. La impresentable pelea que organizó con agresiones barriobajeras a jugadores del Athletic en la final de Copa de 1984, sus insultos al público italiano en la final del Mundial de Italia o los disparos que efectuó contra un grupo de periodistas agolpados junto a su mansión a mediados de los noventa son buen ejemplo de ello. Anoche, cargó contra los medios de comunicación de su país. «La victoria es para todos los argentinos menos los periodistas. Que la chupen y la sigan chupando», soltó. La polémica continuará hasta el Mundial. Cita en la que veremos el nivel que ofrece la albiceleste.

Juan Sebastián Verón, uno de los veteranos de guerra repescado por Maradona para la causa, mostró una visión mucho más fría y cruda de lo sucedido durante la fase de clasificación. Para La Brujita, «se hizo todo mal, empezando desde arriba y llegando al último escalón».

Ecuador, el gran derrotado

Con Argentina dentro del Mundial, Uruguay se quedó con la plaza de repesca. Los charrúas se jugarán contra Costa Rica una plaza en Sudáfrica, después de que Honduras se hiciera con la tercera y última plaza directa de la Concacaf -Estados Unidos y México ya habían asegurado su presencia en la cita, al igual que Brasil, Paraguay y Chile lo habían hecho por Sudamérica-.

La gran decepción de la noche fue para Ecuador, que vio cómo se esfumaba su oportunidad de disputar la repesca, al caer derrotada -una victoria le habría asegurado esa quinta plaza,- ante la ya clasificada Chile.

Antes del choque, las suspicacias eran evidentes. Muchos hablaron de primas de uruguayos y argentinos a la Roja. Asimismo, la nacionalidad de Marcelo Bielsa -argentino y antiguo director técnico de la albiceleste- fue otro de los asuntos remarcados por la prensa ecuatoriana. Un gol de Humberto Suazo decidió el choque y dejó a Ecuador fuera del Mundial. A la conclusión del partido, el seleccionador de la Tricolor Sixto Vizuete arremetió contra los árbitros y aseguró que «viven para destruir a Ecuador».