Hace tiempo que dejé de alucinar con la prensa del corazón. De hecho, gracias a la gran labor realizada por las televisiones en torno al periodismo cotilla, se ha creado un subgénero muy cercano al surrealismo que saca lo peor de «nosotros mismos». Y me incluyo como pecadora, porque he llegado a tragarme una entrevista con Bárbara Rey, fascinada por sus habilidades varias. También es cierto que hay muchos que se mantienen inmaculados, alejados de los frikismos prefabricados que tantos beneficios de audiencia y monetarios proporcionan a las cadenas televisivas. Bravo por ellos.

Lo que me resulta algo naif es que alguien realice un documental para verificar que la prensa del corazón (en este caso, la inglesa) vive de las mentiras de sus desinformadores. Vamos, para corroborar lo que todo el mundo con dos o tres dedos de frente ya sabe; es decir, que la mayoría de los chismorreos, además de no ser nada divertidos, tienen poco que ver con la realidad y, sobre todo, con la práctica del periodismo. Ahora bien, si el documental que ha realizado Chris Atkins, «Starsuckers», pretende mofarse de todas estas historias y lo hace desde un punto de vista ingenioso, que se apunte un tanto, pero si va dirigido a un público que ya sabe de qué va el tema de la basura pseudo periodística, me parece que pierde tiempo y energías. Me aburro soberanamente cuando alguien trata de convencerme de lo que ya estoy convencida. Otra cuestión puede ser que existan intencionalidades concretas (intereses mediáticos) detrás del destape de las bajezas profesionales que se perpetran desde diarios como «The Sun» o el «Daily Mirror», entre otros.

El documental en cuestión se presenta el 28 de este mes en el Festival de Cine de Londres y, según Atkins, inventaron deliberadamente las historias más increíbles, montajes fáciles de desmontar con una simple llamada de teléfono y la consiguiente comprobación de datos. Atkins afirma que llegaron a ofrecerle en algunos casos hasta un buen pellizco por facilitar «informaciones» sobre insignificantes sucesos inventados (quién los pillara). El equipo de Atkins llamaba a los números de teléfono que publicaban los diarios pidiendo todo tipo de detalles morbosos sobre la vida y obra de personajes famosos. Entre otras anécdotas, el equipo del documental recoge como «The Sun» publicó que el director de cine Guy Ritchie se había peleado en un pub y había estado lanzando cuchillos al aire. Sea verdad o mentira, la pregunta es por qué nos interesan este tipo de andanzas. Tengo un par de teorías...