ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru han convocado una manifestación que se desarrollará mañana mismo en Donostia en respuesta al operativo policial en el que fueron arrestados diez militantes independentistas, entre ellos destacados dirigentes de la izquierda abertzale, hecho «de especial gravedad» a los ojos de estos sindicatos. La movilización partirá a las 17.00 desde el túnel del Antiguo y el lema escogido para la ocasión es «Askatasunaren alde, eskubide guztiak guztiontzat».

Esta cita pretende poner de relieve que los convocantes y quienes se sumen a la iniciativa «no se resignan» ante una situación general en la que, según entienden, se está produciendo un «genocidio político en toda regla al que es preciso dar fin». La actuación policial del pasado martes es, a juicio de los sindicatos, un claro ejemplo de ello, una actitud que «vuelve a refrendar que la única salida que ofrece el Estado español a la sociedad vasca es la perpetuación del conflicto negando una salida democrática al mismo».

En favor de la solución

Impulsando la marcha que recorrerá mañana la capital guipuzcoana, las citadas centrales sindicales quieren reafirmase en su compromiso en favor de la solución democrática para el conflicto político que padece este pueblo. En esta línea, además de animar a toda la ciudadanía a que participe, llamaron al conjunto de la clase trabajadora vasca a redoblar su compromiso de cara a alcanzar una solución democrática.

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, y su homólogo de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, fueron los encargados de dar lectura al documento suscrito por los seis sindicatos y, por tanto, de anunciar la convocatoria de la manifestación. Lo hicieron, además, en la propia sede de LAB que el martes fue ocupada por la Policía española y en la que fueron arrestados Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Sonia Jacinto, Rufi Etxeberria y Arkaitz Rodríguez.

En primer lugar, los representantes sindicales exigieron la puesta en libertad, de manera inmediata e incondicional, de todas las personas detenidas el martes, entre las que también se encuentran Miren Zabaleta, Amaia Esnal, Txelui Moreno, Ainara Oiz y Mañel Serra. Recordaron que para actuar contra ellos sólo se esgrime su actividad política; ejercicio de una libertad fundamental que, como subrayaron, «no debería ser causa de detención en un sistema democrático».

Y ante este tipo de atropellos, no escondieron su «profunda preocupación» sobre la deriva «antidemocrática, autoritaria y represiva» en la que consideran que está inmersa el Estado español. Más concretamente, recordaron que el Estado español continúa negando las distintas realidades nacionales existentes, «y con especial énfasis la del pueblo vasco».

La derogación inmediata de la Ley de Partidos Políticos fue otra de las demandas de la mayoría sindical vasca, y precisaron que no lo reclaman sólo «por la injusticia que supone su propia existencia», ya que consideran que, además, la gravedad recae en que dicha ley «está siendo utilizada para eliminar una opción política y social».

A juicio del secretario general de ELA, lo que el Estado está realizando es un «genocidio político» y advirtió que se está llevando a cabo al amparo del «pacto antiterrorista» suscrito por PP y PSOE en diciembre de 2001.

En el ámbito sindical tampoco han convencido los argumentos lanzados desde el Ministerio de Interior y incidieron en que las detenciones del pasado martes sólo se explican «desde una actitud política». Posición política que, puntualizaron, se basa «en la negación del derecho a la participación política de un sector de la ciudadanía que profesa unas determinadas ideas».

Los representantes sindicales que comparecieron ante la prensa no olvidaron a las personas arrestadas, que en esos momentos se encontraban en manos de la Policía española en una comisaría de Madrid. Desde la sede de LAB quisieron trasladar su solidaridad a todos ellos y a sus allegados y amigos. No obstante, comentaron que el hecho de que parte de esa operación policial se hubiera desarrollado en una sede sindical y que entre los arrestados esté el ex secretario general de LAB les produce una «especial afección».

Ése fue el primer sentimiento que quisieron transmitir al conjunto de la clase trabajadora de Euskal Herria. Una sensación que, como explicaron a continuación, «se agudiza» ante la indefensión que sufren las personas en situación de detención bajo la «legislación antiterrorista» y en régimen de incomunicación, situación que, como recordaron, ha sido tantas veces denunciadas por, entre otros, el Relator para los Derechos Humanos o el de la Prevención de la Tortura de la ONU.

La mayoría sindical vasca tampoco pasó por alto la «instrumentalización con fines políticos» de la Administración de Justicia, ni que los medios de comunicación tengan «acceso privilegiado» a este tipo de operaciones, incluso antes de que los propios imputados conozcan las razones del mismo. En su opinión, todos estos ingredientes «completan el cuadro de una política represiva hecha espectáculo para el fortalecimiento de la razón del Estado».