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DEBATE ANUAL EN EL PARLAMENTO NAVARRO

Sanz confirma que pedirá apoyos individuales a su pacto antiabertzale

En un debate muy marcado por la crisis, el presidente navarro, Miguel Sanz, confirmó ayer su intención de sellar un pacto para excluir política y socialmente a los independentistas, al que se muestran dispuestos NaBai e IUN. Y confirmó que buscará adhesiones personales.

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Ramón SOLA | IRUÑEA

Retoques fiscales, pacto antiabertzale y reforma del Amejoramiento que facilita un eventual adelanto electoral. Éstos son los tres ejes de actuación definidos ayer por Miguel Sanz, presidente del Gobierno de UPN, en el llamado Debate sobre el estado de la Comunidad, que abre teóricamente el tercer curso de la legislatura en el Parlamento navarro. En realidad, éste ya había arrancado con fuerza en el herrialde tras las rupturas entre UPN y CDN en el Ejecutivo navarro, y entre PSN y NaBai en los ayuntamientos. Sin embargo, este panorama revuelto apenas tuvo impacto en la sesión.

El debate sirvió para que se hablara por primera vez en la Cámara de la intención de conformar un pacto político antiabertzale, que hasta ahora había aparecido sólo como una nebulosa mediante filtraciones en los medios o afirmaciones veladas en ruedas de prensa. Fue Miguel Sanz quien sacó el tema, provocando el evidente malestar de Roberto Jiménez, líder del PSN. El presidente navarro confirmó incluso uno de sus puntos más llamativos: los firmantes quieren recabar apoyos tanto colectivos como individuales.

Sanz habló, en concreto, de que el texto aún en preparación «será transmitido a asociaciones, agentes, grupos sociales, medios de comunicación... se invitaría también a los ciudadanos a adherirse con sus actitudes personales». Se trata de la misma iniciativa que ya promovió Gabriel Urralburu a finales de los años 80 y que concluyó en un sonoro fracaso (las firmas se ocultaron primero y se quemaron finalmente).

El ex presidente de UPN dejó claro que, pese a presentarse como un «pacto antiterrorista», en realidad el acuerdo va mucho más allá de ETA. Uno de los puntos, por ejemplo, consiste en rechazar cualquier acuerdo municipal «con grupos que no condenen el terrorismo», medida que ha sido «cocinada» con los conflictos veraniegos promovidos por UPN y PSN en Berriozar o en Atarrabia.

Pese al objetivo patente de atenazar políticamente a Nafarroa Bai, su portavoz, Patxi Zabaleta, dijo que están abiertos a entrar en este pacto, que él entiende como «anti-ETA». Reivindicó para ello sus conocidos emplazamientos a esta organización. Y como matiz, sólo pidió a UPN que aclare si estaría dispuesto a asumir el diálogo y la negociación en caso de que cesara la lucha armada.

Desde IUN, Ion Erro también se declaró dispuesto a entrar en un acuerdo de este tipo, e incluso saludó haber percibido una cierta moderación en el discurso de Sanz. Y en cuanto al PSN, coimpulsor de la propuesta, Jiménez prefirió preservar la discreción de los contactos y criticó a Sanz por sacarlo a la palestra: «¿Terrorismo? A por él y a por todo su entorno, yo no voy a decir nada más».

Amejoramiento y euskara

Este curso será también el de la primera modificación del Amejoramiento en sus 27 años de vida. Se hará para permitir que cuando se produzca un adelanto electoral se pueda abrir una legislatura de cuatro años y no se complete la anterior, como ocurre ahora. Sanz dijo que ya se han iniciado las gestiones, pero no puso plazo final al proceso. La cuestión da pie a todo tipo de especulaciones, porque las prisas dadas a esta reforma y las recolocaciones de todos los partidos dan pie a elucubrar sobre un adelanto de los comicios previstos para 2011. Nadie quiere citarlo explícitamente a falta de pruebas, pero sí de modo implícito. Así, Zabaleta preguntó a Sanz si hay «tufo partidista» tras esta iniciativa, pero acto seguido aclaró que NaBai no la teme y cree que también le beneficiaría un adelanto.

Esta reforma del Amejoramiento no irá más allá en ningún caso. UPN y PSN argumentan que hay otras prioridades ahora, como la crisis. Pero José Andrés Burguete (CDN) puso el dedo en la llaga al preguntar irónicamente si acaso Sanz percibe una gran preocupación social en torno a esta reforma para abrir legislaturas completas.

Con ello, quedarán intactos artículos del Amejoramiento como el relativo al euskara, que dio pie a la polémica Ley del Vascuence. Tras utilizar el proceso de retoque iniciado ahora para consumar la ruptura con CDN, Sanz quiso remarcar ayer que UPN está decidido a no tocar ni una coma de esa ley porque «en sus 23 años de vigencia ha propiciado una realidad asentada» y porque «el vascuence es utilizado constantemente como un instrumento político y como arma arrojadiza para intentar conseguir más cuotas de poder de las que les corresponden a algunos».

Tanto Zabaleta como Burguete salieron al paso de esta afirmación. Para el primero, «ustedes son los que utilizan políti- camente el euskara. Libertad es elegir en pie de igualdad. Eso sirve para las manzanas o para las lenguas, y no lo salvaguarda la legislación actual».

Burguete, por su parte, le recordó que la reforma que se tramita sólo busca cambiar de zona dos pueblos para legalizar la actual oferta de modelo D, y alegó además que el acuerdo UPN-CDN hablaba del euskara como «elemento de identidad cultural y patrimonio de Navarra». «Lo que pasa es que nosotros no estamos instalados en el inmovilismo», le espetó a Sanz. Éste, a su vez, lanzó una especie de contraoferta al indicar que no hace falta cambiar la Ley del Vascuence para poder ofertar educación en euskara en la «zona no vascófona». Luego dejó muy claro que en ningún caso está dispuesto a un cuestionamiento del marco global del euskara. En su discurso, por lo demás, apenas citó esta lengua, mientras se deshizo en elogios hacia la educación en inglés.

Propuestas fiscales

Al margen de estas cuestiones, la mayor parte del debate estuvo dedicada a la crisis económica. Como ya han hecho otros mandatarios vascos en los plenos de política general de las últimas semanas, Sanz llegó con planes de reforma fiscal bajo el brazo. Formuló catorce muy dispares, con lo que logró dispersar y amortiguar las críticas.

Así, se recibió positivamente el anuncio de no subir en 2010 las retenciones en las nóminas, lo que según Sanz beneficiará a 358.000 contribuyentes, así como crear una nueva deducción por trabajo, que según sus cuentas favorecerá a las 17.000 rentas más bajas. Por contra, IU arremetió contra la intención de no subir las retenciones por rendimientos del ahorro y de inversiones en capital, y preguntó a Sanz por qué no se recupera el Impuesto sobre el Patrimonio que el Gobierno navarro revocó en su día en beneficio de las rentas más altas del herrialde.

El PSN, de cuyo voto dependerá que esta reforma prospere, se mostró receptivo. Roberto Jiménez afirmó que «estamos dispuestos a ver algunas propuestas, pero mejorándolas mucho». Desde Nafarroa Bai, Patxi Zabaleta se declaró desencantado: «No dejan de ser catorce detalles y 38 millones».

Sanz desgranó sus propuestas en la primera parte de su intervención, pero guardó justo para el final el dato más crítico. Según reveló, al final de este año la Hacienda navarra habrá recaudado «entre 500 y 600 millones de euros menos que en 2008 o en 2007. Y esto tiene que tenerse en cuenta a la hora de priorizar el gasto». Jon Erro remarcó que porcentualmente supone en torno a un 20% y que eso es mucho más de lo padecido por las arcas estatales.

El debate concluyó tras siete horas y media. Hoy finaliza con la votación de las resoluciones.

La autovía enfrenta a Jiménez con Alli 18 años después

Uno de los debates con más miga de la sesión fue el que desató Patxi Zabaleta al citar la vía del diálogo en el conflicto de la autovía Irurtzun-Andoain, en 1991. Roberto Jiménez vio ahí la ocasión de sacar su discurso más duro: «No hubo diálogo, hubo chantaje y hubo un gobierno muy débil -dijo el líder del PSN, muy crispado-. Con el PSN no hubiera pasado aquello». Juan Cruz Alli, por aquel entonces presidente del Ejecutivo navarro por UPN, se declaró aludido directamente y pidió un turno de respuesta, pero la presidenta de la Cámara, Elena Torres, echó un capote a su compañero de partido y denegó la réplica. Sin embargo, el presidente de CDN, José Andrés Burguete, tenía todavía un turno de palabra y lo aprovechó para ponerle a Jiménez los puntos sobre las íes, al recordarle que lo que supuso el acuerdo al final fue «desmontar un entramado de cobro de comisiones», en alusión a la condena sufrida años después por los dirigentes del PSN Gabriel Urralburu y Antonio Aragón. Para completar el rifirrafe todavía faltaba Miguel Sanz, que había sido señalado también por Jiménez como vicepresidente de aquel gobierno. Sanz optó por atacar a Zabaleta, recordándole que en la autovía «hubo dos muertos».R.S.

 

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