No hay cuento más triste que aquél que no contiene una historia dentro; aquél que no tiene trama, el que carece de emoción, y en el que el tiempo pasa impasible para sus personajes. Algo así sucedió ayer en el inicio de la segunda jornada de los dieciseisavos del Cuatro y Medio. Se disputaron dos partidos, y ambos fueron cortados por el mismo patrón. Un favorito que desplegó su mejor juego, y enfrente un debutante que no ofreció su mejor versión.

Oinatz Bengoetxea y Mikel Beroiz disputaban, a priori, en Iruñea uno de los partidos más atractivos de la tarde. El campeón manomanista del 2008 recibía al vencedor del mismo campeonato de Segunda. El de Leitza quería sacarse la espina que se le quedó el año pasado, tras ser apeado del torneo en esta misma fase. Y no pudo hacerlo de mejor manera. Desplegó un juego serio, sin errores, y autoritario.

En la cara opuesta del de Asegarce, se encontraba Beroiz. Se esperaba mucho del de Uharte, pero ayer no pudo ser. Los nervios le ganaron la batalla a las innegables facultades del zaguero navarro y 35 minutos bastaron para que Bengoetxea pasara a la siguiente fase. Sin desmerecer el impoluto ejercicio del de Leitza, nadie duda de que las facilidades ofrecidas por Beroiz fueron la clave del encuentro.

El de Aspe anduvo nervioso, gozando la pelota en contadas ocasiones y sin la confianza que tan indispensable se antoja en un campeonato como el de la jaula. En un abrir y cerrar de ojos el marcador mostraba un descorazonador 12-0. Y es que teniendo en cuenta que Beroiz sumó cinco tantos, y que Oinatz cometió cuatro errores, poca autonomía queda para el análisis. Además, los destellos ¯no demasiados¯ del uhartearra, como los preciosos saques que realizó, recibieron una exquisita respuesta por parte del delantero leitzarra, abortanto así cualquier atisbo de remontada azulona. Bengoetxea también leyó el partido de una manera sencilla: «Ha sido más fácil de lo que pensaba. Podía haber sido un rival muy duro, pero le han podido los nervios y no ha sido su día», concluyó el ex campeón.

Retegi arrasa con todo

En Orereta se jugó por otro lado el choque entre Retegi Bi y Olaetxea. El de Asegarce cumplió a la perfección los pronósticos, y ofreciendo una imagen de solidez y regularidad que otras veces se han echado en falta en él, accedió a la siguiente fase por méritos propios.

Comenzó el duelo con una marcha de más. Salió como un huracán. Acelerado, pero compacto. Imparable y, a la vez, asombroso. En la otra cara de la moneda se encontraba un Olaetxea tímido que no encontraba la opción de soltar el brazo y dejarse llevar por sus sensaciones. Pronto se abrió un hueco en el marcador y el 16-4 parecía condenar al delantero de Lizartza. Las dinámicas continuaron su marcha, con un Retegi superior en el golpeo, y gracias al maquillaje final de rigor, el partido finalizó con 22-8.