Gonzalo Arkonada destacaba en su temporada del ascenso con el Numancia la capacidad de su equipo para ganar después de cada derrota. Para que un equipo pueda ascender su capacidad de reacción es clave, porque entrar en una dinámica negativa merma la moral y las opciones de lograr un objetivo que pasa por asumir que el margen para el error debe ser ínfimo, ya que hay que ganar muchos partidos.

Sumar quince puntos en ocho jornadas es un promedio que asegura el ascenso y por eso no hay lugar para dudar de una Real que perdió en Levante por no saber adaptarse al tipo de partido que debía jugar. Pero, con todo lo mal que lo hizo en el Ciutat de Valencia, sólo con que Rivas no hubiera cometido el penalti la Real habría empatado. Ahora sería líder y la visión del partido que harían periodistas y aficionados sería completamente diferente. Todos se felicitarían del liderato y de que la Real supo sacar un resultado positivo en un campo infame.

Pero el estado de ánimo en el fútbol se mide sólo por los resultados. Se perdió, y eso obliga en mayor medida a conseguir hoy el tercer triunfo consecutivo en Anoeta. Las opciones de ascenso de cualquier equipo pasan fundamentalmente por no entrar en rachas negativas y por ser fuertes en su campo. La Real no ha conseguido nunca ganar tres partidos de forma consecutiva desde que bajó a Segunda y tras los últimos triunfos ante Huesca y Salamanca, esta tarde se puede romper ese gafe. Eso permitiría al menos seguir en puestos de ascenso y ampliar la diferencia con algunos de los más directos rivales, porque no todos ganarán. Además permitiría afrontar con la moral alta una serie de cinco encuentros más cercanos en los que esperan cuatro de los mayores aspirantes al ascenso como son Hércules, Recreativo, Cartagena y Rayo. Y, entre medias una visita, a Albacete.

Sería bueno que ese triunfo llegue acompañado con el estilo de juego utilizado en Soria y ante el Salamanca y que no se pudo -tampoco se debió intentar- realizar en un pésimo césped como el del Ciutat de Valencia, pero que sí se puede retomar en la alfombra del estadio de Anoeta.

Para conseguir ese doble objetivo ideal de jugar bien y ganar es muy probable que Martín Lasarte dé continuidad al once de las últimas jornadas, con la única duda habitual de saber si va a seguir con Mikel González en el lateral izquierdo y Labaka en el centro de la defensa tras los problemas de rodilla que arrastra el azpeitiarra y ante un partido además en el que no parece tan importante su juego aéreo.

El Córdoba no tiene jugadores que vayan bien por arriba en la delantera, sobre todo si juegan Pepe Díaz (1.73 de estatura) y Asen (1.80). Además, Mikel González sufrió más que nunca en el lateral izquierdo en Valencia y tuvo que ser sustituido. No sería de extrañar que De la Bella entre en el once inicial.

La última sesión realizada ayer a puerta cerrada no deparó mayores novedades y el técnico uruguayo ofreció una lista de convocados en la que el único cambio con respecto a la anterior llegó con la entrada de Zubikarai en lugar de Asier Riesgo.

El Sanse visita al Arenas

El filial realista juega a las cinco de esta tarde en Gobela con el objetivo de afianzar el liderato. Los demás equipos de la cantera juegan hoy menos el primer juvenil que, como las chicas, descansa este fin de semana. El segundo juvenil visita a las 15.30 al Real Unión. Juegan esta mañana en Zubieta el primer cadete con el San Ignacio a las once, el segundo a las diez con el Antiguoko B y el infantil a las doce con el Vasconia. El infantil txiki completa la jornada de la base con la visita a las doce al Tolosa.