Olvidarse de los precedentes. Eso es lo que pide Iñaki Alonso a sus jugadores para afrontar el partido que disputarán mañana ante el Cádiz lejos de casa. El técnico vizcaino quiso evitar hablar de la hipotética revancha que supondría ganar al equipo gaditano, y olvidar que allá por mayo cayeron derrotados en la primera fase de ascenso a Segunda ante el conjunto amarillo. «Se trata de un partido totalmente diferente y, a veces, es traicionero ir con esa mentalidad de revancha a estos partidos». Respecto a aquella aventura, el durangarra dijo que «fue una experiencia muy importante, tanto para mí como para los jugadores, pero no habrá la tensión que se palpaba en el ambiente en aquellos partidos».

Tan sólo hay un punto de diferencia entre la decimosexta plaza que ocupan los unionistas y la duodécima en la que se sitúan los andaluces. Por lo que un buen resultado se antoja más que interesante para las aspiraciones que el equipo guipuzcoano persigue este año.

Iñaki Alonso también comentó las claves sobre las que se podría edificar el triunfo de los suyos: «Es fundamental frenar el ímpetu del Cádiz desde el inicio, porque es un equipo que suele jugar con mucho ritmo e intensidad». A partir de ahí Alonso incidió sobre los problemas tácticos del Cádiz cuando no se encuentra con el balón en sus pies. «El Cádiz es un equipo que si no tiene la posesión no se siente cómodo en el terreno de juego. Además, su afición es muy exigente y un mal resultado les complica mucho la situación», dijo convencido el técnico del Real Unión.

Javi Gracia, entrenador del Cádiz, pidió, por su lado, que el equipo debe «hacer un fortín» del estadio Ramón de Carranza, ya que «en casa no sólo hay que mostrar fortaleza, sino también buenos resultados».