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350 se convierte en todo el mundo en el símbolo contra el cambio climático

La cifra 350, relativa a la cantidad de partículas de CO2 por millón que no se pueden sobrepasar para que el cambio climático no sea irreversible, fue la protagonista de movilizaciones en todo el mundo a cinco semanas del inicio de la Conferencia de Copenhague.

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Miles de manifestantes se reunieron ayer de Sydney a Estocolmo, pasando por París, Londres, Berlín o Madrid, para movilizar a la opinión pública mundial sobre el problema del calentamiento climático cuando quedan cinco semanas para la Conferencia de Copenhague.

El punto de salida de la Jornada Mundial por el Clima fue Sydney, donde miles de manifestantes se reunieron en el puerto y en la playa de Bondi.

Desplegaron pancartas con la cifra 350, en alusión a la concentración de CO2 en la atmósfera, 350 partes por millón (ppm), un nivel que no puede superarse para evitar un calentamiento climático irreversible, según algunos científicos.

Los manifestantes formaron con sus cuerpos la cifra 350 frente a la Opera de Sydney, mientras que las campanas de la catedral de la ciudad australiana repicaron 350 veces.

En Londres, más de 600 personas se reunieron junto al Támesis para formar la cifra 5. Una fotografía aérea de la misma se unirá a las de otras concentraciones en el mundo para formar junto al 3 y el 0 el simbólico 350, según explicó a France Presse una portavoz de la organización Campaign Against Climate Change.

En París, los manifestantes -unos 200- reclamaron al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que actúe a favor del clima tanto en la cumbre de Copenhague como en la precedente de la UE que tendrá lugar los próximos jueves y viernes.

La Conferencia de Copenhague, considerada crucial, tiene como objetivo establecer un nuevo tratado internacional que sustituya al Protocolo de Kyoto, que expira en 2012. Sin embargo, el primer ministro danés, Lars Loekke Ramussen, ya ha advertido de que los debates sobre el clima no están lo suficientemente avanzados como para que en Copenhague se pueda alcanzar un consenso.

En Estocolmo, una treintena de manifestantes se reunieron en el centro de la ciudad tras una pancarta en la que reclamaban un acuerdo inmediato para evitar el cambio climático.

En Berlín, unos 350 manifestantes que portaban caretas con la efigie de la canciller Angela Merkel se congregaron ante la Puerta de Brandemburgo.

En la ciudad serbia de Novi Sad, 350 personas utilizaron su cuerpo para formar la cifra «350», mientras que en Praga una treintena de militantes ecologistas repartieron 350 balones negros con la inscripción «CO2». En Estambul, la movilización se registró en un barco en el Bósforo y en Madrid en la Puerta del Sol.

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