Paul de la Cuesta no se clasificó para la segunda manga del gigante de Soelden, en el que debutó ayer en la Copa del Mundo de esquí alpino. El vasco, de 20 años, cubrió el recorrido en un tiempo superior en seis segundos y 74 centésimas al que marcó el suizo Didier Cuche, que lidera la prueba, por delante del estadounidense Ted Ligety y del suizo Carlo Janka.

Soelden inauguraba el Año I después de Herminator. Hermann Maier, cuádruple ganador de la Copa del Mundo -competición en la que sumó 54 triunfos-, doble campeón olímpico y triple oro mundial, que a todos estos méritos añade el de ganar de nuevo tras haber estado a punto de perder una pierna en accidente de moto, anunció su retirada hace dos semanas.

Huérfano de líder -Maier es el último austriaco en ganar en Soelden-, el Wunderteam abrió en el glaciar tirolés el plazo de presentación de candidaturas, en una temporada que alcanzará el cenit en los Juegos de Vancouver (Canadá), dentro de poco más de tres meses.

El donostiarra se mostró encantado con su participación «ésta ha sido la primera y espero que haya muchas más», aseguró en relación a las pruebas de la Copa del Mundo.

«La verdad es que me he encontrado unas condiciones muy buenas en la parte de abajo, he podido esquiar como yo sé, aunque quizá me ha faltado soltarme un poco, pero donde más he perdido ha sido en la primera parte, que estaba bastante rota. Esa ha sido la parte en la que más me ha costado. La pista me ha gustado mucho», comentó el esquiador guipuzcoano.

Cuche confirmó una vez más que la veteranía es un grado y a los 35 años se convirtió en el primer líder del circuito blanco de forma incontestable. El suizo, que las tres últimas temporadas concluyó tercero en la general de esta competición, volvió a contradecir una vez más la lógica. Después de haber sido el gran triunfador en los últimos Mundiales -oro en supergigante y plata en descenso- no dio opción a sus rivales en el primer gigante de una campaña que inició como cerró la anterior: con el dorsal de líder.