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Atentados en Bagdad

Un centenar de muertos en un doble atentado en Bagdad

Dos atentados en el corazón de Bagdad provocaron un centenar de fallecidos y obligaron a las autoridades proestadounidenses a reafirmarse en su intención de celebrar las elecciones previstas para el mes de enero. Los de ayer son los atentados más sangrientos registrados en Bagdad desde abril de 2007, cuando 140 personas murieron en un mercado de la capital iraquí.

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GARA | BAGDAD

Un doble atentado con coche bomba contra edificios oficiales en pleno corazón de Bagdad provocó ayer al menos 99 muertos y 712 heridos. Informaciones no oficiales elevaron el número de fallecidos hasta los 132.

El Gobierno iraquí acusó a Al-Qaeda y «sus aliados» del ataque, que tendría como objetivo impedir la celebración de las elecciones previstas en enero.

Se trata del atentado más sangriento en la capital iraquí desde abril de 2007, cuando 140 personas murieron en un mercado, y uno de los más cruentos en todo el país desde agosto de 2007, cuando cuatro atentados contra una secta kurda en la provincia de Nínive se saldaron con 400 fallecidos.

El primer atentado se registró a las 10.30 [8.30, en Euskal Herria] contra los ministerios de Justicia, de las Municipalidades y de Trabajos Públicos, que se encuentran en la calle Haifa.

Apenas diez minutos más tarde, una segunda explosión se produjo ante la sede de la oficina del gobernador de Bagdad, también en el mismo sector de la capital iraquí.

Los dos lugares se encuentran en las inmediaciones de la llamada «Zona Verde», donde se concentran las embajadas y los principales ministerios y está considerada como el entorno más seguro de Bagdad y del resto de Irak.

«Los crímenes del Baaz y de Al-Qaeda no conseguirán bloquear el proceso político y la celebración de las elecciones. Es la misma mano manchada de sangre que cometió los atentados del 19 de agosto. Castigaremos a los enemigos de Irak», afirmó en un comunicado el primer ministro, Nuri al-Maliki, que acudió al lugar en el que se registraron los atentados.

Irak acusó en agosto a Siria de albergar a los autores intelectuales del doble atentado que se produjo en verano y que tuvo como objetivo dos ministerios bagdadíes, provocando 95 muertos. Estas acusaciones generaron una crisis diplomática entre Bagdad y Damasco.

Rechazo sirio

Siria, que negó categóricamente albergar a quienes planearon los atentados de agosto, condenó los ataques de ayer en un comunicado en el que los calificaba de «actos criminales».

El embajador de EEUU en Bagdad, Christopher Hill, y el responsable de las fuerzas estadounidenses en Irak, Ray Odierno, también condenaron el atentado e hicieron un llamamiento a la ciudadanía iraquí, «en este momento crucial en el que se están preparando las elecciones nacionales, a trabajar conjuntamente para combatir todas las formas de violencia y las intimidaciones».

«Hemos contabilizado 99 muertos y 712 heridos y hemos recogido restos que podrían corresponder a otros seis cadáveres», declaró a France Presse un alto responsable del Ministerio de Sanidad.

Poco después de las explosiones, los cuerpos yacían ensangrentados ante los ministerios. Decenas de coches ardían y los servicios de socorro trataban de extraer de los mismos a pasajeros totalmente calcinados. Algunos de los cuerpos ardieron a la vista de los supervivientes, según explicaron varios testigos.

La mayoría de las víctimas eran peatones que pasaban por el lugar en el momento de la explosión.

Denuncias de inoperancia

La rabia de los bagdadíes se dirigió hacia las autoridades. Mohammad Radi, un empleado del Ministerio de Justicia que buscaba a su hermana, apuntaba a los policías.

«Sus aparatos no detectan los explosivos, pero sí el perfume de las mujeres. Pasan el tiempo charlando entre ellos o colgados del teléfono en vez de controlar los vehículos», declaró a France Presse.

Los atentados, paradójicamente, permitieron salvar a una persona, según explicó un agente en el lugar de los hechos. Relató que un hombre acababa de ser secuestrado y se encontraba en el maletero de un coche en el momento en el que se registraron las explosiones. Fue liberado por las fuerzas de seguridad, dos de los secuestrados murieron y el conductor del vehículo resultó herido.

En el hospital Al-Karama de Bagdad, decenas de personas se agolpaban para consultar el listado de víctimas. «¿Dónde está Kazem? ¿Dónde está mi marido? Los vecinos me habían dicho que estaba aquí, pero no lo puedo encontrar», se lamentaba Um Ahmad, de 45 años.

El jefe del Ejército de Tierra iraquí alertó el sábado del riesgo de que se produjera un incremento de los atentados en los próximos nueve meses debido a la convocatoria de las elecciones generales.

En una entrevista con la agencia France Presse, el general Alí Gheidan, también se mostró preocupado por las repercusiones de un eventual retraso de estos comicios, previstos para enero.

Los dirigentes iraquíes debían haberse reunido ayer para tratar de alcanzar un acuerdo sobre la nueva ley electoral, lo que permitiría organizar de una manera cercana a la «normalidad» las elecciones del 16 de enero.

El Parlamento iraquí fracasó el pasado miércoles en su intento de alcanzar un acuerdo sobre este documento, debido a la áspera batalla que se libra entre árabes y kurdos por el control de la estratégica región petrolera de Kirkuk.

Barack Obama condena «con firmeza» los atentados

El presidente estadounidense, Barack Obama, condenó «con firmeza» el doble atentado con coche bomba de ayer en Bagdad, afirmando que «ilustra los proyectos de odio y destrucción de sus autores».

«Condeno firmemente estos ataques escandalosos en contra del pueblo iraquí y transmito mis sinceras condolencias a aquellos que han perdido un ser querido», manifestó Obama en un comunicado que hizo público la Casa Blanca.

«Estos atentados no tienen otra finalidad que matar hombres, mujeres y niños inocentes y únicamente ilustran los proyectos de odio y destrucción de aquellos que niegan al pueblo iraquí el futuro que merece», añadió Obama, que conversó telefónicamente con el presidente iraquí, Talal Yalabani, y el primer ministro, Nuri al-Maliki, para expresarles sus condolencias.

El Estado francés también condenó los atentados y mostró su solidaridad con Irak mediante un mensaje del presidente de la República, Nicolas Sarkozy, y un comunicado de su ministro de Exteriores.

«He recibido con profunda consternación la noticia de que dos nuevos bárbaros atentados han costado la vida a más de cien ciudadanos iraquíes inocentes», escribió Sarkozy a su homólogo iraquí, según un comunicado del Elíseo.

«Tras esta nueva tragedia que ha golpeado al Estado y al pueblo iraquíes, me dirijo a ustedes para mostrarles mis condolencias, en mi nombre y en el del pueblo francés», agregó Sarkozy, que se declaró indignado por «el uso de la violencia cuando se preparan las elecciones».GARA

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