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Se deja empatar en el 94

El mismo cuento del último minuto

El sexto gol de un certero Pandiani, que sigue entre los máximos anotadores, no fue suficiente para certificar la cuarta derrota casera seguida del Racing, quien se aprovechó en el tiempo de descuento de una inexplicable indecisión entre centrales y portero rojillos.

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RACING 1

OSASUNA 1

Natxo MATXIN | IRUÑEA

Los viejos fantasmas siguen aquí. Un mal endémico de las últimas temporadas -la pérdida de puntos en los últimos minutos- volvió a mandar al traste un sacrificio de 94 minutos que iba a tener como premio colocarse en los puestos nobles de la tabla liguera.

Demasiado bonito para ser cierto. Algo tenía que suceder para empañar el fantástico trabajo defensivo que habían llevado a cabo los rojillos en El Sardinero. Y ese algo llegó disfrazado de indecisión entre centrales y portero para permitir que el Racing al menos rascara un punto cuando su parroquia ya les estaba abroncando desde la grada.

Sentimiento agridulce el que se les quedó a los de Camacho, que una vez más volvieron a ser el Olentzero de los rivales. Quizás el empate hiciera justicia a los méritos de unos y otros, pero cuando se encaja el gol decisivo en el minuto 94 sólo se puede poner cara de tonto.

Hasta ese desdichado lance, el bagaje destructor visitante era de sobresaliente, con un Racing de encefalograma plano en la elaboración, sólo alterado por algún que otro fogonazo de un Serrano que se vio obligado a intentarlo desde fuera del área en varias ocasiones ante la imposibilidad de penetrar por su banda.

La verdad sea dicha, fue un choque para ponerse el buzo y esperar al acierto de alguno de los delanteros. Así lo leyó Osasuna, que dejó a un lado filigranas de anteriores jornadas, en especial por el mal estado del terreno de juego. La idea era boicotear la iniciativa de un conjunto local bastante más apretado por sus estrecheces clasificatorias -hubiera caído a descenso de haber perdido- y, en especial, por sus malísimos números caseros, con tres derrotas consecutivas hasta ayer.

Con semejante coyuntura, hubiera sido de necios pensar que iba a haber cierto margen para el espectáculo. Sólo la incertidumbre respecto a de qué lado vendría el mayor acierto de cara a la portería rival mantenía la tensión de un envite en el que el juego directo -triste eufemismo para denominar al pelotazo y tente tieso- se hacía dueño y señor de la contienda.

A los balones largos e irregularidad del césped hubo que añadir un factor extra para el adormecimiento: las continuas faltas que se produjeron -casi una cada dos minutos-, repartidas a partes iguales entre los dos contendientes.

Jugosa renta

El juego de patio de colegio le venía bien a la escuadra navarra, más acostumbrada a fajarse en la batalla y esperando a dar un golpe mortal que decantara de su lado el encuentro. Dicha dinámica se vio notablemente reforzada cuando Pandiani anotó su sexto gol liguero.

Sin apenas acumular oportunidades claras de peligro -sólo Miguel Flaño echó fuera un balón que se veía dentro en la primera mitad-, los rojillos estaban sacando una jugosa renta a la practicidad de su juego. Y, además, los de Juan Carlos Mandiá no sabían cómo contrarrestar semejante situación; los nervios les atenazaban y el pelotazo se convertía en único recurso racinguista -la entrada de Geijó iba en esta línea-, bien contrarrestado por unos rojillos que incluso, a falta de diez minutos, se hicieron con el control del esférico.

Pero ese dominio no se tradujo en situaciones diáfanas para finiquitar el partido. La impotencia local parecía de tal calibre que, a esas alturas, cualquiera hubiera apostado por que los tres puntos iban a volar hacia Iruñea. Eso sí, cualquiera que no sigue habitualmente a Osasuna y que no sabe de sus «hazañas» de última hora.

Afortunadamente, y a diferencia de anteriores experiencias, el punto puede saber a poco tras saborear prácticamente el triple, pero viene a confirmar el suma y sigue del equipo en un momento dulce en este primer cuarto liguero, que intercala buen juego y resultados, unas veces yendo de la mano y otras, no tanto.

Al menos, el empate sumado frente al Racing y la ubicación en la zona media de la tabla permiten afrontar con cierta tranquilidad tanto la eliminatoria copera contra el Xerez como la visita del líder este próximo sábado. Ese sosiego incluso debe servir para un análisis sereno de que jugadas desgraciadas como la de ayer no se deben repetir.

«El fútbol es ingrato, pero igual que hoy nos ha quitado dos puntos otro día nos los dará»

El técnico rojillo, José Antonio Camacho, prefirió resaltar el esfuerzo realizado por sus pupilos en lugar de achacarles un error de última hora que supuso no traerse los tres puntos a Iruñea, aunque el murciano no pudo eludir referirse a dicha jugada.

«Un fallo lo puede tener cualquiera y, a lo mejor, mis jugadores pensaron que el partido ya estaba concluido», en referencia a los cinco minutos que añadió de tiempo extra Iturralde González. «El fútbol es ingrato cuando te quita algo que tenías ganado, pero igual que hoy nos ha quitado dos puntos otro día nos los dará», vaticinó.

Así, prefirió ver el vaso medio lleno con la suma de un nuevo punto en el casillero y alabó el esfuerzo desplegado por sus jugadores. «Somos un equipo muy difícil, trabajamos mucho en el campo y eso se ha visto. Además, sabíamos que los problemas podían venir por un error nuestro», indicó.

Protagonistas directos de la desgraciada jugada que permitió al Racing empatar in extremis, Ricardo y Josetxo la analizaron a la conclusión del choque tratando de restarle importancia. «No hay que darle más vueltas porque Arana ha luchado bien el balón hasta el final y lo importante es que se ha sumado un punto más», declaró el cancerbero, quien confirmó que en el lance «no he pedido el balón y he salido a intentar tapar».

Por su parte, el central se mostró bastante más dolido por lo que aconteció en el minuto 94. «Te vas con mucha rabia porque teníamos tres puntos en el bolsillo y, por un fallo muy puntual en el minuto que era, pues te tienes que conformar con uno. El partido estaba controlado y la jugada no tenía ningún peligro, esperemos que no vuelva a ocurrir y sigamos en la misma línea defensiva», declaró.GARA

Trabajo matinal para una semana muy cargada

Osasuna volverá hoy al trabajo en sesión matinal -Tajonar, 10.30- para preparar una semana cargada de compromisos, debido a la disputa de la competición copera. Los rojillos se medirán el miércoles -20.00- al Xerez y el sábado, al Barcelona, a la misma hora.

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