Derrota en Getafe
Mediocridad con empujoncito
El Athletic prolonga su mala racha en Liga tras caer en el Alfonso Pérez. El Getafe se impuso con justicia en la mala tarde de los rojiblancos, a los que la expulsión de Carlos Gurpegi puso la puntilla. Ustaritz siguió el mismo camino en la recta final del partido.
GETAFE 2
ATHLETIC 0
Amaia U. LASAGABASTER | BILBO
El Athletic alcanzó en el Alfonso Pérez el punto más bajo -quién sabe si el último- de un trayecto descendente que había comenzado semanas atrás.
La entidad de los rivales, el infortunio en algunos momentos o los destellos de casta en otros, habían permitido matizar el descrédito creciente del equipo en citas anteriores. E incluso ayer hubo algún paliativo al que aferrarse, como el desgaste realizado el jueves o la inferioridad numérica o el extenso parte de bajas. Pero sería demasiado fácil. El Athletic firmó un partido lamentable e incluso puede darse por satisfecho volviendo con sólo dos goles en contra.
Es difícil salvar algún aspecto de lo visto en Getafe. A lo sumo, el primer tramo del segundo tiempo, en el que los bilbainos tiraron de empuje ante la expulsión de Carlos Gurpegi. También la actuación de Gorka Iraizoz, que salvó algún que otro gol cantado, los momentos de Markel Susaeta y el trabajo de Fernando Llorente, solo como una baliza en alta mar. El resto se lo podían haber evitado al espectador, que se debatió entre el aburrimiento y la desesperación.
Comentaban Joaquín Caparrós y sus jugadores tras el encuentro que la expulsión había sido determinante, tras un primer tiempo en el que el Athletic había actuado con seriedad. Es posible. Los goles del Getafe, de hecho, llegaron en la reanudación, cuando el Athletic ya se encontraba en inferioridad. Pero lo más amable que se puede decir del primer tiempo cuajado por el Athletic, con once futbolistas sobre el campo, es que se mostró tan triste como en los compromisos previos. Con el centro el campo en manos del Getafe, es evidente hacia donde se inclinaba el césped. Sobre todo por la banda izquierda rojiblanca, en la que Xabi Castillo e Igor Gabilondo fueron incapaces de frenar a un Pedro León que hizo lo que quiso.
Así que, mientras a Iraizoz le tocaba justificar su sueldo, Óscar Ustari sólo tuvo que despertar con los contadísimos balonazos que encontraron a Llorente o con las más contadas aún -dos, para ser exactos- combinaciones entre Andoni Iraola y Markel Susaeta. El eibarrés fue, en realidad, el único que exigió cierto esfuerzo al guardameta local, con una potente falta que Ustari despejó por banda.
Para entonces, el larguero de Iraizoz ya había repelido un cañonazo de Roberto Soldado y el propio portero navarro había tenido que lucirse para enviar a córner una falta botada por Pedro León. El propio jugador murciano, en su enésimo centro al área, sirvió un balón que el cabezazo de Parejo no convirtió en gol por poco.
La guinda a una aciaga primera parte la puso la segunda amarilla de Carlos Gurpegi. Posiblemente correcta, con el reglamento en la mano, pero también rigurosísima, tal y como criticaron los bilbainos tras el encuentro.
Curiosamente, el Athletic dio más signos de vida en el arranque de la reanudación -con Orbaiz ya en el césped, en sustitución de Toquero- que durante muchos minutos del primer tiempo. Lamentablemente, fue un espejismo que se diluyó en cuanto Soldado y Manu del Moral volvieron a poner a prueba los reflejos de Iraizoz.
Se acabó
El choque se rompió definitivamente a media hora del final. Soldado no falló esta vez y aprovechó un rebote para enviar la pelota a la portería. A partir de ese momento, al Athletic sólo le quedó penar -la entrada del motivado Ion Vélez no alteró demasiado el panorama- y al Getafe esperar que alguna de sus ocasiones culminase con la sentencia. Llegó casi de inmediato, con un penalti de Castillo, que vio cómo el balón le daba en un brazo al adelantarse a la barrera en un lanzamiento de falta. Parejo anotó el 2-0... Y Gavilán, Soldado en un par de ocasiones o Casquero pudieron haber firmado el tercero en una recta final que estuvo de sobra. Sobre todo desde el punto de vista del Athletic, al que sólo le sirvió para acabar con nueve, después de que Ustaritz viese la roja.
Fue el punto final de una tarde lamentable que prolonga la mala racha, de imagen y de resultados, de los rojiblancos. Un solo punto ha sumado en cinco partidos el Athletic, que no conoce la victoria en Liga desde que se impusiese al Villarreal el pasado 20 de setiembre.
Undiano Mallenco mereció muchos comentarios en la sala de prensa del Alfonso Pérez. Tantos, que casi pareció que el Athletic había perdido por su culpa, aunque nadie se atrevió a llegar tan lejos.
Sí consideraba Joaquín Caparrós que la expulsión de Carlos Gurpegi había resultado clave. Y es que, en su opinión, el primer tiempo había «estado abierto. Ellos han tenido opciones, nosotros también las hemos tenido y estábamos esperando una segunda parte que iba a ser totalmente distinta y seguro que íbamos a tener opciones». Pero el centrocampista vio la segunda amarilla y «si en fútbol, con la igualdad que hay, ya es complicado jugar en igualdad numérica, con uno menos...». Caparrós, de todos modos, cree que «incluso con diez futbolistas, los primeros minutos hemos estado ahí, hemos tenido nuestras opciones... Pero era mucha desventaja. Me ha gustado -explicó, a la hora de destacar lo más positivo del encuentro- el gasto que hemos hecho y que incluso con nueve, el equipo ha querido apretar».
En el lado contrario, el resultado; la muesca que añade el Athletic a su mala trayectoria. «Los números no engañan. No estamos bien en Liga y tenemos que romper la racha lo antes posible».
El entrenador rojiblanco, de todos modos, no quiso restar méritos a un Getafe que «ha jugado bien, tiene muy buenos futbolistas y ha jugado un buen partido».
Menos carantoñas dedicó al árbitro. «No sé qué nos pasa con él, porque sé que es la primera vez que expulsa a un navarro», lanzó, para reconocer posteriormente que las dos cartulinas de Gurpegi «son amarillas, lo dice el reglamento»; e incluso que «un futbolista que tiene una tarjeta debe saber que tiene que tener cuidado, porque la inferioridad te puede costar muy cara, con la igualdad que hay entre los equipos», insistió.
Lo tenía muy claro el protagonista de la acción que, de hecho, quiso «pedir perdón a mis compañeros, porque un fallo mío ha supuesto la expulsión». Gurpegi, de todos modos, consideraba un tanto rigurosa la expulsión. «He hecho dos faltas en todo el partido y en las dos he visto la tarjeta. La primera en el minuto diez y la segunda he visto que venía desde un minuto antes». Aunque no es la primera vez que las actuaciones de Undiano Mallenco con el Athletic dan que hablar, el navarro no quiso ver fantasmas. «No creo que tenga nada en contra pero, desgraciadamente, no tenemos ninguna suerte con él».
Gurpegi, con todo, tampoco quiso buscar excusas. «No hemos perdido por el árbitro. Independientemente de las expulsiones o el penalti, tenemos que ser críticos con nosotros mismos», admitió.A.U.L.
Fernando Llorente dejó su puesto a Koikili a un cuarto de hora del final. El delantero, que se había pegado en solitario con los centrales azulones, se retiró con un fuerte golpe en la cresta ilíaca, aunque todavía no se sabe si afectará a su concurso en Vallecas.
Sólo Ion Vélez tuvo algo que celebrar en Getafe. El delantero navarro -que no estuvo en la concentración de Isla Canela- disputó la segunda parte del partido de vuelta de Supercopa en Barcelona, pero hasta ayer no había jugado un solo minuto en Liga.
Seis años después de que el Getafe ascendiera a Primera, el Athletic sigue sin poder saborear una victoria en su campo. Con la de ayer ya son tres las derrotas encajadas en el Alfonso Pérez, tantas como empates.