Raimundo Fitero
Amedo
Ha vuelto José Amedo. Lo ha hecho en el programa del corazón, «DEC» en Antena 3. Con honores de estrella. Con su misma soberbia, su mismo lenguaje de funcionario acosado por el peso de la responsabilidad histórica que le ha tocado protagonizar. El motivo parece muy sencillo. En su fantasmal encumbramiento y laberíntico proceder se hace un hueco televisivo asegurando que el empresario José Frade, ex-marido de Norma Duval, le había encargado un trabajito al que, insiste reiteradamente, renunció, aunque aconsejó la contratación de otras personas para realizarlo. Parece un trabajo menor para una figura del hampa: espiar a los periodistas que hacen mierda del corazón disfrazada de información, investigación y pasteleo, para ver quién era homosexual, quién podía ser grabado tomando coca, quien engañaba a su mujer o a su marido y lindezas por el estilo.
Lo más significativo no fueron las mentiras, medias verdades, el informe trucado que ofrecía el pringado de los GAL, lo realmente denunciable es que se le presentó antes de entrar como un servidor al Estado que protagonizó, «un escándalo en los años ochenta». ¿Cómo que un escándalo? Señor Cantizano, señores redactaros de Antena 3, ¿así les obligan a llamar a los crímenes de Estado, la guerra sucia, en su cadena? ¿O era una cláusula del suculento contrato?
Lo cierto es que apareció con estos honores y hay que decir que los periodistas, que estaban en plató, al menos tuvieron la pose de recriminarle «su escándalo», recordándole alguno la cifra de muertos criminalmente, refrescándole la memoria para que bajara de esos aires imperiales y que la audiencia supiera que fue juzgado y condenado y por lo tanto no era muy de fiar. En medio de la compra-venta del dossier, del informa y de todo el montaje estaba uno de los hermanos Matamoros, que como señaló Mariñas, fingían el trato de usted, cuando habían sido, al parecer, no solamente amigos, sino colaboradores. Así está el percal. Amedo, un ejemplo o un escándalo. De presidente de las corridas de toros en Bilbao a olerle la bragueta a Jorge Javier Vázquez. ¿Qué pensará el ministro Pérez Rubalcaba de la reaparición mediática de su viejo conocido?