El embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, anunció ayer que «en apoyo al reciente acuerdo alcanzado» entre Manuel Zelaya y Roberto Micheletti, a partir de mañana «la sección consular reanudará sus servicios de visa no inmigrante». Washington suspendió la emisión de visados para la mayoría de hondureños, además de revocar los de Micheletti y funcionarios de su Gobierno, y congeló la ayuda económica tras el golpe de Estado del 28 de junio. El jefe de la comisión negociadora del presidente de facto, Armando Aguilar, se felicitó por la apertura de los consulados hondureños en EEUU.

Micheletti aseguró que, durante el encuentro que mantuvieron en la Casa Presidencial, el subsecretario de Estado de EEUU para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, le prometió que «las cosas iban a ir mejorando para Honduras» y que habrá representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) para supervisar el proceso electoral.

Asimismo, agradeció la participación de la comisión estadounidense, encabezada por Shannon, que «ha viajado para escuchar, jamás para imponer absolutamente nada». A juicio de Micheletti, los últimos movimientos «indican el reconocimiento que la OEA, EEUU y Europa seguramente darán al proceso electoral». Coincidiendo con estas declaraciones, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, anunció el envío de observadores a los comicios del día 29.

Sobre el regreso del país a este organismo, comentó que se producirá «cuando la Asamblea General levante las sanciones. Debemos esperar a ver cómo van pasando las cosas. Espero que podamos reincorporar a Honduras antes de los comicios».

Para mañana debe estar conformada la Comisión de Verificación del cumplimiento del convenio y en el primer semestre de 2010 se creará una Comisión de la Verdad que investigará «los hechos ocurridos antes y después del 28 de junio».

Otros de los puntos son la renuncia a la amnistía política y a una Asamblea Constituyente, el apoyo a las elecciones y la normalización de Honduras con la comunidad internacional.

Zelaya incidió en que ahora «el Congreso Nacional tiene una altísima responsabilidad». Advirtió que sería «una tragedia y un error muy lamentable» que el Congreso no lo restituya.