La Policía rusa detuvo ayer a medio centenar de personas que acudieron a una manifestación en defensa de los derechos humanos. Centenares de policías y tropas del Ministerio de Interior cercaron la manifestación en la Plaza Triumfalnaya, situada a unos pocos kilómetros al norte del Kremlin. Docenas de personas fueron empujadas hasta los autobuses policiales y decenas de periodistas arrastrados tras las barreras de metal entre gritos de «Libertad» y «Respeto a la Constitución». Denunciaron que se ha producido un retroceso en las libertades desde que Vladimir Putin está en el poder.