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Los rojillos se trabajan su fortuna

Un gol en propia puerta de Piqué hizo justicia a la actitud de los de Camacho, que plantaron cara al todopoderoso Barcelona, sobre todo durante la primera parte, y que, contrariamente a lo sucedido en Santander, obtuvieron su premio también en el descuento.

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OSASUNA 1

BARCELONA 1

Natxo MATXIN | IRUÑEA

Camacho lo dijo en Santander: el fútbol te da lo que otras veces te quita. Y sólo hubo que esperar una semana para confirmarlo. Es cierto que hubo fortuna en el descuento, pero Osasuna se la trabajó hasta el final y sin desmayo. Nadie dio el partido por perdido hasta que pitó el árbitro y esa actitud tuvo el premio de un punto que sabe a tres, tal y como demostró el posterior delirio de la grada.

A los rojillos no les tembló el pulso por tener enfrente al mejor equipo del mundo, le tutearon durante gran parte del choque e incluso pudieron adelan- tarse en el marcador. El Sadar disfrutó con una magnífica primera parte en la que la estrategia local equilibró la calidad individual y colectiva del rival.

Y es que Osasuna maniató al mejor equipo del mundo con buena colocación -el Barcelona sólo se impuso posicionalmente durante los primeros diez minutos-, mucha presión y cortocircuitando la salida de balón culé -Valdés fue el que más la tocó-. Sin los temores del año pasado -la clasificación no pesa tanto como entonces-, los rojillos le jugaron de tú a tú a los hombres del triplete y dispusieron de mejores ocasiones para inaugurar el electrónico.

Los de Guardiola, especialmente sus jugadores creativos, se vieron obligados a moverse por diferentes posiciones y Xavi estaba totalmente desaparecido. Por contra, los locales salían desde su campo con criterio, no se escondían en la cueva y defendían desde muy arriba, evitando que el rival les embotellara en su área. Es más, la ocasión más clara de los azulgrana llegó sin cumplirse el primer minuto, con una tonta pérdida del esférico, cuando Osasuna todavía no le había tomado la medida al partido. A partir de ahí, todo viró en redondo.

No es que el conjunto catalán no infundiera miedo -el once blaugrana era para echarse a temblar- en cada arrancada, sino que también se vio obligado a defender, con un planteamiento a no dejarse sorprender -hasta seis culés en línea en los saques de puerta de Ricardo- en el juego directo. Pese a ello, Aranda, que estuvo en casi todas las acciones ofensivas rojillas, pudo desbaratar la táctica de Guardiola, si no se le hubiera pitado un fuera de juego que no era o hubiera estado un poco más acertado en los metros decisivos.

Delirio final

La incógnita tras la reanudación era saber si quedaría oxígeno en los pulmones osasunistas. Y el Barcelona se planteó la misma cuestión, avanzó líneas y encerró más a los navarros, quienes ya comenzaban a dar sensaciones de estar bastante menos frescos.

En cualquier caso, el dominio visitante tampoco se traducía en peligro latente sobre la portería de un Ricardo que sólo tuvo que lucirse ante un centro chut de Keita que se fue envenenando. Pero los culés cada vez jugaban más cerca del área local y los de Camacho ya no retenían la pelota como en el primer periodo, se presagiaba lo peor.

Esta vez Messi también se perfiló para disparar como en el 2-3 de la campaña pasada, pero optó por abrir a la derecha a Puyol, quien centró raso para que el balón cayera finalmente a los pies de Keita, en vena goleadora -su cuarto gol en dos partidos-, que no dejó pasar la asistencia.

Todo parecía decidido, pero los rojillos no se resignaron, especialmente dos. Ricardo evitó que el Barcelona matara el partido con su segundo gol y Camuñas se empeñó en sacar petróleo por su banda, quizás con un ya renqueante Puyol, que se llevó la mano a la pierna instantes antes, dando el centro decisivo que se introdujo en propia portería Piqué, sin que pudiera evitarlo Valdés.

Camacho: «Hemos tenido fe y ha sido un puntazo ante el mejor equipo del mundo»

Como no podía ser de otra forma, el técnico rojillo, José Antonio Camacho, estaba orgulloso de sus jugadores, que se habían vaciado sobre el terreno de juego, y contento por el punto cosechado en el descuento. «Hay que esperar hasta el final y hemos tenido fe y un poco de suerte porque ellos podían haber metido el segundo. Ha sido un puntazo para el que ahora mismo considero el mejor equipo del mundo», destacó.

Un cóctel en el que no faltó el trabajo de los suyos y una estrategia que dio sus frutos a la postre. «Si le esperas, el Barcelona te puede destrozar, debes intentar hacerles frente más arriba, que no enlacen todas las jugadas y que no practiquen el fútbol que ellos quieren, hoy se han visto obligados en muchos momentos a desplazar el balón en largo y ahí no están cómodos», explicó el de Cieza.

En este sentido, analizó el devenir del choque, en el que «durante la primera parte hemos merecido algo más y nos hemos desgastado para contrarrestarles; en la segunda, se ha notado esa carga de trabajo, pero pese a ello, no les hemos dejado hacer su juego. La verdad es que no les puedo reprochar nada a los jugadores, chapeau por ellos, ni en este partido ni en los anteriores que hemos disputado», comentó.

Respecto al factor suerte por empatar en el último instante, el técnico murciano recordó que los culés «siempre lo pasan mal aquí, el año pasado perdían por 2-1 en el minuto 37 de la segunda parte, aunque hubiera preferido quedarme con los tres puntos de Santander», aseguró el de Cieza.

«Me alegro por la afición, que ha visto a un Osasuna valiente, que no ha variado su forma de jugar pese a la visita de un superequipazo, por eso hay que seguir en esta misma línea y los jugadores son conscientes de lo que están haciendo y de que se pueden conseguir grandes cosas así. Ha sido el éxtasis y algo imposible de mejorar la situación final vivida», aventuró.

Tampoco el míster culé, Pep Guardiola, podía reprobar a los suyos por la imagen ofrecida. El Barça se puso el buzo cuando fue necesario y estuvo en un tris de hacerse con los tres puntos. «Esto es un juego y el gol han sido un cúmulo de coincidencias. Si se repasa el partido, Osasuna, al que debo felicitar por el gran partido que ha realizado, sólo tuvo un tiro lejano de Nekounam durante toda la segunda parte. La semana pasada le empataron en el último minuto y ahora ha ocurrido al revés», recordó el de Santpedor.

Ahondando en ello, el artífice del triplete de la temporada anterior, insistió en que «las ocasiones a veces las metes y otras, no. Los fallos individuales entran dentro del fútbol, aunque es cierto que algo nos habrá faltado para no haber sumado los tres puntos», dijo.

«Sabíamos que nos iban a apretar arriba, pero hemos controlado bien los segundos balones y las caídas a banda de los puntas, por eso estoy contento por la actuación de los míos, pese a que es verdad que ya se acariciaba la victoria. Ahora hay que levantarse, viajar al frío, hacer un buen partido en tierras rusas y traerse un triunfo de allí», declaró el preparador blaugrana.N.M.

Descanso hasta el martes a las 10.30 en Tajonar

Camacho dio un merecido descanso a su plantilla de un par de días después de empatar in extremis ante los culés en el tiempo de descuento. Los rojillos regresarán al trabajo el martes a las 10.30 en Tajonar para preparar el próximo compromiso liguero ante el Almería.

El técnico del City, Mark Hughes, en el palco rojillo

El entrenador del Manchester City, Mark Hughes, estuvo en el palco rojillo viendo el choque entre Osasuna y Barcelona. Aunque no se confirmó, el máximo responsable del multimillonario conjunto inglés bien pudo estar espiando a algún jugador osasunista.

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