Lo efímero y perenne
Ines INTXAUSTI | Crítica de televisión
Quiero pedir públicamente disculpas por haber utilizado el buen nombre de cuatro periodistas, profesionales desde hace muchos años en EITB, y haber desacreditado sus recientes nombramientos como directoras de los informativos de la nueva EITB en un artículo publicado el pasado 19 de octubre en este mismo diario: Ana Aizpiri, Esther Udaondo, Begoña Zubieta y Marisa Ozalla. Seguro que esto no es suficiente, pero tampoco quiero que se malinterpreten mis intenciones; en ningún caso sexistas. Es una coincidencia que se trate de cuatro mujeres y que yo también lo sea.
Dije que los criterios utilizados por los jefes del ente no eran absolutamente profesionales, como ocurriera cuando anteriormente fueron nombradas y fulminantemente cesadas sus predecesoras, sino políticos, siguiendo la línea favoritista de sucesión histórica en el ente. Sirvan pues estas palabras para entender mejor lo que para mí significa el término extraprofesional. Seguramente tendrá acepciones variables que sugieran machismo y sexismo. No es éste el caso. No tengo ningún prejuicio en ese aspecto y creo que las mujeres mencionadas tampoco. Son jóvenes, libres e independientes para gestionar su intimidad como más les plazca. Pero si alguna se ha sentido herida y cree que yo he cruzado la delgada línea roja que separa mi libertad de expresión de su imagen profesional, no debería haberlo hecho porque yo haya transgredido las leyes para atacar al género.
Errar es humano y perdonar también. Entenderé de todas maneras cualquier reacción a este respecto incluido el «castigo» moral ya impuesto. Una columna no será nunca suficiente para borrar otra ya publicada. Ni el tiempo que nos resta. Así que rectifico de esta manera solicitada: en el mismo y público lugar en el que se perpetró la anterior columna. Acabe de una vez este artículo, que más se parece a un mantra en voz alta, y sirva, cuando menos, para poner las intenciones en su sitio.