MARTÍNEZ DE IRUJO 22

BENGOETXEA VI 19

Un pelotari de tanto ímpetu como Juan Martínez de Irujo no se siente cómodo en la jaula, mucho menos si como ayer en el Astelena la humedad la convierte en una trampa. Sin embargo, a base de meter ritmo y de no dejar respirar a sus rivales, el de Ibero se está labrando un bonito palmarés también en la jaula y ayer consiguió meterse una vez más en la liguilla de semifinales, con lo que Aspe ya se ha asegurado un finalista, ya que los tres clasificados hasta el momento pertenecen a la promotora eibarresa.

Sin embargo, el de Ibero tuvo que sufrir, y no poco, para conseguir superar a un Oinatz Bengoetxea que será de los pocos pelotaris capaces de aguantarle en el cara a cara que plantea el de Ibero en estos partidos. El de Leitza volvió a exhibir una defensa que, junto con los problemas que causaba la humedad y unas líneas que se levantaban cada vez que eran pisada, estuvo a punto de desesperar al campeón manomanista, pero al de Leitza le faltó instinto o algo más de fortuna en un par de pelotas clave que pudieron cambiar el signo del partido.

Hockey hielo

Con el infernal ritmo que le metieron al partido ambos pelotaris, la velocidad en la que jugaron ambos y con el estado del frontón -del que se quejó bastante Martínez de Irujo al término del partido, dijo que la humedad le llevó a precipitarse en varios lances- el Astelena se asemejó a una cancha de hockey hielo, con la pelota corriendo de un lado al otro sin descanso y los tantos cayendo de un lado y del otro.

Aunque comenzó ganando 4-0, el peso del partido en la primera parte lo llevó Oinatz Bengoetxea, que parecía más centrado y cuya defensa se imponía a los remates de todas las posturas del de Ibero.

Los dos únicos que el de Leitza consiguió en todo el partido llegaron consecutivamente, dando al de Asegarce la mayor ventaja del partido en el 6-9. Oinatz Bengoetxea volvió a tener otra vez esta ventaja con 8-11, pero mandó una pelota tocada bajo chapa con la izquierda y Martínez de Irujo lo aprovechó para coger la delantera en el marcador, una ventaja que ya nunca perdería, a pesar de que concedió el empate a 12 con una falta de saque.

Precisamente fue el pelotazo inicial lo que permitió al de Aspe volver a abrir brecha en el marcador, mientras el cansancio empezaba a hacer mella en ambos, especialmente en el caso del delantero de Asegarce.

De todos modos, el de Leitza no estaba dispuesto a dejar escapar la oportunidad de meterse por vez primera a la liguilla de semifinales y, a base de arriesgar con éxito en las dejadas, volvió a meter presión a Martínez de Irujo. No obstante, Oinatz volvió a mandar una pelota bajo chapa con todo a favor y con 18-15 en contra, y el partido se le puso imposible, ya que el de Ibero no perdonó.