Gallina vieja hace buen caldo», rezaba la camiseta de Valentino Rossi cuando éste se aseguraba en el circuito malayo de Sepang su noveno entorchado mundial, el séptimo en la categoría reina, primero en 500 centímetros cúbicos y desde hace años en Moto GP. El «doctor» ha dado una vez más buena cuenta de sus rivales, mostrando una ambición sin límite y, ante todo, una regularidad que pasma más que sus derrapadas. Seis victorias, otros siete podios y sólo dos abandonos dan cuenta de lo regular que ha precisado ser para seguir en lo más alto.

Porque si de buenos pilotos se trata, su propio compañero de escudería en Yamaha, Jorge Lorenzo, podría tener algo que decir. El mallorquín, subcampeón de Moto GP, puso en jaque el título de Rossi, demostrando haberse adaptado a la cilindrada a la perfección. «Ha sido una temporada inolvidable; he terminado en segunda posición, he ganado cuatro carreras, doce podios... sólo siento una pequeña decepción por algunos errores, es decir las caídas, porque quizás de no haberlos cometido hubiera podido luchar por el título hasta el final», declaraba el segundo piloto de Yamaha.

Pero bajo el espectáculo ha habido una guerra soterrada. Cuando la escudería nipona fichó en 2008 a Lorenzo, ya sabía del carácter orgulloso de éste, que jamás aceptará ir de segundón. Con su explosión, Rossi ha tenido que sacar lo mejor de su repertorio para mantenerse arriba del todo, pero sabe que si Lorenzo mantiene este empuje, el cambio de guardia llegará. Por eso, teniendo en cuenta que ambos pilotos coincidirán en Yamaha en 2010, el «doctor» avisa a navegantes. «Yamaha tiene que decidir entre Lorenzo y yo para 2011. Tengo una gran posibilidad de unirme a Ducati. No sé seguro si seguiré con Yamaha. Depende de lo que pase el año que viene», advierte Rossi.

Mientras, Casey Stoner y Dani Pedrosa se han tenido que conformar en permanecer en segundo plano. Ni la Honda ni la Ducati ha rendido a la altura de la Yamaha. Pedrosa ha obtenido dos triunfos, pero su tercera posición final refleja su puesto real en la mayor parte de las carreras, ya que ha conquistado hasta seis terceras plazas. Más osado, pero menos constante, Stoner, campeón en 2007, arrancó con una victoria en Qatar y ha ganado dos de las tres últimas carreras -en Valencia partía desde la pole, pero se cayó en la vuelta de calentamiento-. No obstante, sus problemas de salud, que incluso le obligaron a descansar durante tres grandes premios, no le han permitido luchar por el Mundial. El descanso le vendrá bien para volver a aspirar a todo a partir de 2010.

Aoyama, el último emperador

Mientras, la cilindrada de 250 centímetros cúbicos cerraba definitivamente la persiana con el triunfo del japonés Hiroshi Aoyama. Con cuatro victorias y otros tres podios, el piloto de Honda podía con Marco Simoncelli y Héctor Barberá. Mientras, en 125 centímetros cúbicos, Julián Simón dominaba sin otro rival que no fuera Bradley Smith al rebufo. De sus 289 a los 223,5 del británico hay un mundo, y a los 179 del tercer clasificado, Nico Terol, casi otro. Regular y genial, Simón apunta alto para el futuro.

Lo que también apunta alto de cara a 2010 es la nueva cilindrada, llamada Moto2. El nuevo Campeonato del Mundo de 600 centímetros cúbicos. Adoptando el nombre de Moto2, la nueva categoría aparece con el propósito de ser una prestigiosa pero también económica competición de apoyo de la categoría reina de Moto GP.

Con las normas confirmadas esta semana por la Federación Internacional de Motociclismo -FIM-, la forma de la categoría se establece ateniendo a unas características técnicas específicas. Estos nuevos motores de cuatro tiempos tendrán una velocidad máxima de 16.000 revoluciones por minuto, controlado asimismo con un sistema electrónico. Los sistemas electrónicos serán más limitados que los autorizados en el cuarto de litro y las motos no tendrán ningún otro control electrónico ni sistemas de datos. La reducción de costes es parte de la filosofía de la nueva categoría, por lo que las máquinas estarán limitadas a una por piloto, con un máximo de dos motores completos. Hasta la fecha, se ha aceptado la inscripción de un total de 23 equipos y 37 pilotos, que han tenido que depositar en la FIM una fianza económica.