El acuerdo militar suscrito entre Washington y Bogotá ha disparado la tensión entre Venezuela y Colombia, cuyos mandatarios emprendieron una dura guerra dialéctica.

Días después de que Colombia y EEUU firmaran el pacto que permitirá al Ejército estadounidense utilizar siete bases en territorio colombiano, el presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó a sus conciudadanos a prepararse «para la guerra».

«Si quieres la paz, prepárate para la guerra», dijo Chávez durante una ceremonia de entrega de viviendas en el estado de Portuguesa, en la región centrooccidental de Venezuela.

Horas antes, el mandatario venezolano denunció durante su programa dominical de radio y televisión que Washington podría estar planeando una intervención militar contra su país.

Por ello, llamó a todos venezolanos a estar «listos para defender esta patria sagrada». Así, se dirigió al presidente estadounidense, Barack Obama, para recordarle que «no se vaya a equivocar y ordenar una agresión abierta contra Venezuela utilizando a Colombia, porque nosotros estamos dispuestos a todo, pero jamás volveremos a ser colonia yanqui ni de nadie».

Ante estas declaraciones, el Ejecutivo colombiano emitió una nota en la que anunció que acudirá ante el Consejo de Seguridad de la ONU y ante la Organización de Estados Americanos (OEA). «Colombia no ha hecho ni hará ni un solo gesto de guerra a la comunidad internacional, y menos a países hermanos», aseguran.

Además, subrayaron que «el único interés» del pacto «es la superación del narcoterrorismo».

Llamada a la unidad

Por su parte, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, pidió a los latinoamericanos estar unidos para que «se desmonten las políticas injerencistas en nuestros países».

El líder sandinista agregó que «tenemos que luchar» para que «desaparezcan de América Latina y el Caribe, de una vez y para siempre y no se sigan multiplicando las bases militares que atentan contra la soberanía y la paz de nuestros pueblos».

El presidente boliviano, Evo Morales, censuró la intención de «anexar» Colombia a EEUU para que desde allí se realicen operaciones militares contra los pueblos revolucionarios de América Latina, por lo que llamó a la «lucha democrática» contra el acuerdo.