El fiscal baja a 17 años la petición de cárcel para Yllanes y la defensa, a 7
La defensa de José Diego Yllanes pidió ayer 7 años de cárcel para el autor confeso de la muerte de Nagore Laffage por «homicidio», mientras que el fiscal rebajó su petición de 20 a 17 años y medio tras estimar la atenuante de reparación del daño, ya que el acusado ha abonado 126.853 euros a la familia de la víctima. Las acusaciones particulares mantuvieron la petición de 20 años de cárcel por «asesinato».
Iñaki VIGOR | IRUÑEA
En la última jornada de la vista oral, que comenzó poco después de las 10.00 y se prolongó hasta última hora de la tarde, el fiscal y las acusaciones expusieron sus conclusiones finales y hoy por la mañana lo hará la defensa. Una vez concluido el juicio, el jurado popular deberá dar su veredicto, es decir, dictaminar si se trata de un asesinato o un homicidio. En función de ese veredicto, el magistrado establecerá la pena correspondiente mediante sentencia que se espera conocer en el plazo aproximado de dos semanas.
La defensa de José Diego Yllanes pidió ayer una pena de siete años de cárcel por homicidio y basó su petición en cuatro atenuantes: la influencia del alcohol, la confesión, el arrebato u obcecación y la reparación del daño causado.
Por su parte, el fiscal jefe del TSJN, Javier Muñoz, rebajó su petición inicial de 20 años de prisión a 17 años y seis meses, al aplicar la atenuante de «reparación del daño», y solicitó una indemnización de 120.000 euros para cada uno de los padres de Nagore Laffage y 80.000 euros para su hermano.
La acusación particupar, que representa a la familia Laffage-Casasola, mantuvo la petición de 20 años de cárcel si el jurado considera que se trata de un asesinato, y 15 años si estima que fue un homicidio, con el agravante de «abuso de superioridad». Además, pidió cinco meses más de prisión por un delito de «profanación de cadáver», y en materia de responsabilidad civil solicitó las mismas indemnizaciones que el fiscal.
La acusación popular, ejercida por los ayuntamientos de Irun e Iruñea, el Instituto Navarro para la Igualdad y las Juntas Generales de Gipuzkoa, solicitaron en todos los casos 20 años de prisión por «asesinato».
«Lo hizo con alevosía»
En el turno de explicaciones de las peticiones de cada parte, el fiscal habló sin interrupción durante una hora y cinco minutos para ratificarse en que no se trata de «un simple homicidio» sino que José Diego Yllanes «lo hizo conscientemente» y con «el agravante de alevosía».
En cuanto a las circunstancias de la muerte de Nagore Laffage, el fiscal mostró su disconformidad con la defensa del acusado, por entender que «no concurre ninguna circunstancia que altere su capacidad».
«Al acusado no le influyó el alcohol. Estaba lúcido y sabía lo que estaba haciendo, y luego intentó eludir la acción policial», resumió Javier Muñoz.
Respecto a los hechos, dijo que hubo una «relación consentida» entre Yllanes y Laffage hasta que ambos llegaron al piso del primero, pero que luego la joven irundarra «quiere parar» y el médico siquiatra «no le deja ir» y durante dos horas le propina «golpes múltiples» aprovechándose de su «superioridad manifiesta».
Tras indicar que no hubo relaciones sexuales, el fiscal interpretó que, «posiblmente», Laffage le dijo a Yllanes que «iba a contar a todo el mundo» el trato sufrido y entonces «la mató consciente y voluntariamente».
«Se importaba él tanto que no iba a dejar que le denunciase, porque sería su ruina profesional y personal», afirmó el fiscal. Además, remarcó que Yllanes se acuerda de lo sucedido aquel día, pero «no quiere decirlo y está en su derecho».
De las cuatro atenuantes esgrimidas por la defensa, el fiscal sólo aceptó una, la referente a la reparación del daño. Aunque dijo que «es de risa» intentar reparar el daño causado con los 126.000 euros que Yllanes ha aportado a favor de los familiares de la víctima, precisó que en Derecho Penal está admitido esta atenuante.
Por último, el fiscal interpretó que «no hay delito de profanación de cadáver», porque, pese a que el propio Yllanes ha admitido que le cortó un dedo de la mano a Nagore Laffage, «el respeto a los muertos no se altera por intentar ocultar su identidad o esconder el cadáver».
Por su parte, el letrado de la acusación particular argumentó que el día de los hechos Yllanes no estaba «loco ni borracho» y que trató con «frialdad» de urdir una «estratagema» para no ser descubierto, por lo que pidió al jurado que ejerza una «justicia reparadora».
Tras indicar que se ha demostrado «plenamente» que Yllanes «sabía lo que hacía y además quería hacerlo», el abogado de la familia manifestó que el acusado es «un gran actor» y que lo más probable es que hubiera decidido matar a Nagore Laffage después de encontrarla con el teléfono desde el que pidió ayuda a SOS-Nafarroa.
El abogado de la acusación ejercida por el Ayuntamiento de Irun lamentó que Yllanes «ha destrozado la vida» de los padres de la joven de Irun y destacó la «brutalidad y cobardía» del acusado, de quien dijo que «no respetó a Nagore ni antes ni después de muerta».
«Si el acusado tuvo la lucidez de ocultar las pruebas, tuvo la lucidez de matar a Nagore. Espero -añadió- que se tenga la misma piedad con el acusado que la que él tuvo con Nagore».
El abogado de la acusación popular ejercida por el Instituto Navarro para la Igualdad no dudó de que Yllanes «tenía decidido que iba a mantener una relación sexual con Nagore cuando la llevó a su piso» y que era consciente de que «si una estudiante de Enfermería de la Clínica Universitaria le hubiese denunciado por abuso sexual, iba a ser despedido».
El letrado de la acusación ejercida por el Ayuntamiento de Iruñea opinó que la joven estudiante «sabía lo que le esperaba» en la casa de José Diego Yllanes y resaltó que «estuvo sometida a esa angustia desde las 7.30 de la mañana porque no tenía nada y no podía hacer frente a esa situación».
Finalmente, la letrada que representa a la acusación ejercida por las Juntas Generales de Gipuzkoa puso de relieve que en la vista oral que se viene celebrando desde el lunes de la pasada semana «ha quedado acreditado que hubo alevosía» porque José Diego Yllanes «se aprovechó de la indefensión de Nagore para estrangularla».
«Ha quedado totalmente probado que ha habido asesinato», concluyó la abogada.
En principio, estaba previsto que la defensa del acusado expusiera ayer los motivos por los que solicita 7 años de prisión, pero la sesión se prolongó hasta bien entrada la noche y finalmente el magistrado decidió posponer su intervención para hoy a partir de las 10.00. La última palabra la tendrá el propio acusado, con lo que se dará por finalizado este largo juicio.
La madre no estuvo en la sala
Antes de comenzar la sesión, la madre de Nagore Laffage participó en la concentración convocada por el colectivo Lunes Lilas junto al Palacio de Justicia, y allí explicó que no era capaz de seguir el juicio desde la sala de vistas. «Mi hermana está destrozada por estar ahí. Los que están dentro están destrozados porque han visto las imágenes, que deben ser espantosas. Yo no he visto nada y no quiero ver nada», declaró Asun Casasola.
Respecto al juicio, dijo que ella no quiere «venganza» sino «justicia», y que «si alguien aprende algo» de la muerte de su hija, se daba por «satisfecha».
Antes de iniciarse la sesión de ayer, y en una primera valoración en nombre del colectivo convocante de la concentración, Tere Sáez afirmó que «el asesinato de Nagore sí es violencia de género o sexista» y que a lo largo de estos días «ha quedado claro que fue brutalmente asesinada por ser mujer y decir que no a los deseos de Yllanes».
También pidió que «no se manche la memoria de Nagore, sino todo lo contrario, porque tuvo la valentía de decir que no ante lo que no quería hacer y no plegarse tampoco ante quien podía tener para ella un estatus superior».
La defensa pidió 7 años por «homicidio» y expuso cuatro atenuantes: la influencia del alcohol, la confesión, el arrebato u obcecación y la reparación del daño mediante el pago de 126.853 euros a la familia de Laffage .
El fiscal jefe del TSJN dijo que «es de risa» intentar reparar el daño causado mediante el pago de 126.853 euros a la familia Laffage, pero explicó que tenía en cuenta esta atenuante porque así lo contempla el Derecho Penal.
Tanto el fiscal como las las acusaciones se reafirmaron en que se trata de un caso de «asesinato». El juicio concluirá hoy con la exposición de la defensa y la última palabra a cargo de José Diego Yllanes.