El sindicato ELA afirmó ayer que la Diputación de Gipuzkoa no tiene «voluntad política, ni social» para «mantener los empleos y la actividad» de la empresa Porcelanas Bidasoa, que presentó el pasado 15 de octubre un ERE en el que se solicita la extinción de los contratos de sus 47 trabajadores, y le acusó de «dejar morir» a la compañía cuando «lo que debe hacer» es «materializar el convenio urbanístico suscrito en 2006 y apostar por la nueva planta». El responsable de negociación colectiva de ELA, Joseba Villareal, denunció que el diputado foral de Hacienda, Peio González, «se pliega a los intereses de la élite económica como Gipuzkoa Aurrera y deja a un lado a la clase trabajadora», al tiempo que lamentó que la institución foral «aboca al cierre de una empresa que tiene proyecto y viabilidad».

Villareal pidió a González que cambie «los mandos» de la empresa, «comenzando por el gestor que la propia Diputación asignó: Baltasar Marín». A su juicio, Marín y la Diputación están «dejando morir» Porcelanas Bidasoa «acumulando la deuda» y «favoreciendo que la desconfianza de los clientes vaya en aumento», a lo cual se suma el ERE presentado en octubre.

Villarreal instó a todas las partes implicadas en «el conflicto», Diputación, Ayuntamiento de Irun, Seguridad Social, a la promotora Elizatxo y la propia empresa, a mantener una reunión «cuanto antes» para hacer efectivo lo acordado en el convenio urbanístico «que está pactado y acordado» desde 2006.