Los rojillos vuelven a ganar, esta vez por la mínima
Dady sacó a la grada del tostón
Los mayoría de teóricos suplentes no aprovechó la ocasión para reivindicarse, en la que sólo el caboverdiano demostró que puede tener sus opciones en el ataque titular. La afición se aburrió de lo lindo en un choque falto de intensidad y plagado de imprecisiones.
OSASUNA 1
XEREZ 0
Natxo MATXIN
El choque copero entre Osasuna y Xerez hizo bueno el tópico futbolístico de que «lo mejor fue el resultado». Eso, el refrendar que el olfato anotador de Dady sigue intacto -dos goles en el cómputo de la eliminatoria- y el regreso de Roversio a los terrenos de juego casi un año más tarde de que se lesionara el 13 de noviembre de 2008 en una acción desgraciada contra el Getafe.
Porque lo demás, nada de nada. Un encuentro anodino en el que, por momentos, parecía dar la impresión de que apenas había nada en juego, especialmente por el lado osasunista. Los teóricos suplentes perdieron una oportunidad inmejorable de reivindicarse después de la imagen ofrecida por los teóricos titulares en Almería. Sólo el caboverdiano aprovechó sus minutos con trabajo y acierto.
Ambos conjuntos salieron al tanteo, con más precauciones que vistosidad. Los andaluces porque un gol les dejaba prácticamente eliminados -les obligaba a meter tres- y los rojillos porque no estaban obligados a arriesgar. Con esas mimbres, en el cesto abundó el aburrimiento sobremanera y la parroquia tuvo que adelantar la hora del bocadillo y la bota -el privilegiado que la consiguió pasar-, como sucedáneo improvisado ante la falta de ocasiones que vitorear desde las gradas.
El peligro brillaba por su ausencia y ni siquiera se podía hablar de toma y daca, pues las acometidas de las dos escuadras morían en un taciturno centrocampismo, que no permitía pasar de los tres cuartos y, en aquellos lances en los que se superaba la imaginaria línea, la ineficacia rematadora hacía el resto.
Y así media hora de tostón en una tarde en la que quienes bajaron a El Sadar tuvieron mucho mérito, tanto por lo meteorológico como por el «espectáculo» del que disfrutaron. Para colmo, la primera oportunidad clara local no sólo no se transformó en gol, sino que trajo consigo la lesión de una de las piezas básicas en el esquema de Camacho.
Lesión de Monreal
Una buena jugada trenzada por la izquierda entre Galán y Monreal en el 36 permitió al de Ezkirotz irse como una flecha hacia el marco defendido por Chema, pero el lateral, poco acostumbrado a manejarse por esos lares, optó por un tiro que pareció más un centro y esa incertidumbre provocó que golpeara más al suelo que al balón, lo que provocó que se resintiera su rodilla izquierda y que debiera ser reemplazado tres minutos más tarde.
Aunque hay que esperar a la resonancia magnética que se le va a hacer hoy, el jefe de los servicios médicos del club, Patxi Cipriáin, se inclinó por la posibilidad de que pueda padecer una rotura parcial del ligamento interno de su rodilla izquierda, después de un primer examen en el propio campo. El periodo de baja podría ser entre tres y cuatro semanas.
Centrados en el juego en sí, la oportunidad local desperezó a los andaluces, quienes, casi coincidiendo con la entrada de Camuñas en lugar del internacional, tuvieron en la cabeza de Víctor Sánchez su primer lance de peligro. Pero el remate del jugador criado en La Masía acabó en las manos de Roberto.
El Xerez comenzó a creérselo y achuchó algo más a los anfitriones, demasiado confiados en el resultado de la ida. Bermejo se pasó en sus intenciones de hacerlo demasiado bonito y su remate de espuela dentro del área pequeña no fue lo suficientemente preciso tras una rápida colada de Francis por la derecha.
Antoñito, al travesaño
El pase por vestuarios no mejoró en nada el panorama. Osasuna seguía con la caraja y lo demostró en el 52 cuando la pasividad defensiva rojilla permitió que Antoñito, libre de marca, recibiera la pelota y se colara para estrellarla en la parte superior del travesaño. Los de Camacho jugaban con fuego y podían llegar a quemarse.
El público, más consciente que los propios futbolistas de lo que se cocía sobre el césped, les pidió más testiculina desde sus asientos. Los azulinos le pusieron más suspense con una melé dentro del área local que, a duras penas, se consiguió achicar, no en vano, a esas alturas, no tenían nada que perder y necesitaban golear para protagonizar la sorpresa de la jornada.
El cúmulo de despropósitos fue en aumento y sólo la bisoñez rematadora visitante evitó males mayores. Bermejo demostró por qué el Xerez está donde está. El delantero falló con toda la portería para él un lance que se inventó Antoñito, gracias entre otras cosas a la pasividad defensiva, que le permitió colarse con alfombra y todo.
Las leyes del fútbol, más pronto que tarde, acaban cumpliéndose, entre otras aquélla que dice que «el que perdona...». Le bastó a Dady, el mejor de los rojillos y el que más ganas le puso -se ganó estar en el banquillo como primer recambio de Pandiani y Aranda-, con disponer de un primer balón dentro del área local para romper la cintura a dos oponentes y colocar el esférico en la escuadra.
El envite había concluído y eso que lo agradeció el deporte rey. Ahora habrá que esperar hasta enero para volver un encuentro del K.O. en el feudo iruindarra.
El preparador osasunista, José Antonio Camacho, pareció no ver el mismo partido que los otros más de diez mil espectadores que acudieron de manera militante a El Sadar. «Estoy contento porque se han entregado y no es fácil contra un rival que viene aquí con la obligación de hacer dos goles», se defendió.
«También es verdad que no se le puede exigir a uno que juega 90 minutos como a otros que tienen mayor continuidad», argumentó el técnico murciano, quien amplió que «los jugadores han demostrado que quieren jugar y están para hacerlo», sacó pecho.
El de Cieza calificó de «igualado» el choque y «con muchas dificultades», pese a tener la eliminatoria encarrilada desde el choque de ida en Jerez. «En la segunda parte hemos dispuesto de más oportunidades porque nos han dejado más», algo que aprovechó Dady para anotar el único gol del encuentro.
Respecto a la actuación del caboverdiano, Camacho analizó que «debe seguir trabajando como hasta ahora porque va a disponer de más oportunidades tanto en Liga como en Copa y los demás deben saber que también va a ser así».
Por su parte, Cuco Ziganda, míster del Xerez, aseguró que su equipo «ha demostrado sobre el campo que no queríamos tirar la Copa porque estábamos muy ilusionados con ella».
El de Larraintzar vio el partido desde la grada sin que hubiera sido sancionado por Competición. «Creo que hoy ya he cumplido mi sanción después de ver la roja en Valladolid y espero estar en el banquillo en el próximo encuentro».N.M.