Hay que sacar al nacionalismo del marco de la retórica. Los llamados abertzales de izquierda lo saben y plantean su política en la calle con un lenguaje directo y claro. La democracia y la paz exigen ese lenguaje frente a unas instituciones que convierten ambas cosas en agua de borrajas. Los catalanes empiezan ya a utilizar esa calle que es el marco en que se mueve la auténtica ciudadanía. El Ayuntamiento de Girona ha decidido llamar a consulta soberanista a los gironins. Quizá la consulta aprobada con la abstención del Partit dels Socialistas de Catalunya y la sóla oposición de los `populares' sea llevada a cabo a primera de año. Hay que destacar en esta ocasión el comportamiento de los socialistas catalanes, lo que deberían tener en cuenta sus correligionarios de Euskadi, empeñados en una ofensiva antipopular contra más del 60% de la ciudadanía vasca. En el seno del socialismo autonómico está produciéndose un activo rechazo a la política del aparato de su partido. No se puede ser socialista vasco o catalán con una mentalidad de ejército de ocupación; de `pie noirs'. Como no se puede ser socialista con un entreguismo al neoliberalismo.

Si la política progresista de los abertzales de izquierda y de ciertos nacionalistas catalanes -muy numerosos ya- continúa planteando en la calle su diálogo con la sociedad dudo que el veterocolonialismo pueda sostener su acción represiva por mucho tiempo. Las batallas anticoloniales siempre las han ganado los pueblos que las plantean. El oprimido tiene constantemente a su favor el protagonismo de la dignidad. Con la dignidad se construye una nación eficaz y próspera. En el peor de los casos es cuestión de tiempo que suceda esa victoria. Y hay que tener en cuenta que la postura socialista de apoyo a la derecha dura española es una postura colonialista. No hagan retórica los socialdemócratas.