SEGUNDA Vencieron todos los rivales directos
La Real deja pasar una muy buena opción de ganar fuera
Los locales se limitaron a aprovechar en el primer tiempo el escaso nivel de De la Bella y las pérdidas realistas y en el segundo a defender el empate. La mejoría tras el descanso no se tradujo en ocasiones.
Joseba ITURRIA I
La Real desaprovechó una buena oportunidad de ganar ante un Albacete que se limitó en el primer tiempo a aprovechar el agujero de su banda izquierda y las pérdidas de balón, y que en el segundo sólo quiso defender el punto que regala el reglamento por no hacer nada. Y, aunque la Real mejoró en la segunda mitad, ninguno de los dos hizo nada para ganar. No merecieron marcar y pocas veces un resultado refleja con tanta precisión lo que se ve sobre un césped.
Apenas hubo ocasiones en todo el partido. El Albacete no fue capaz de enviar un balón entre los tres palos y los pocos que lanzó la Real fueron casi sin ángulo por mediación de Sergio y desde muy lejos en un tiro lejano de Bueno y en una falta sin mayor peligro de Griezmann. Por eso el partido no podía acabar con otro resultado y un empate nunca es bueno para un equipo que aspira a subir.
Los demás rivales directos -Levante, Recreativo, Rayo y Elche- ganaron y como lo hagan hoy en casa Cartagena, Hércules y Betis la Real seguirá en puestos de ascenso, pero sin diferencias con los demás y obligada a ganar al líder el domingo en Anoeta para que no se despegue. Sólo ha sumado un punto en las tres últimas salidas y, aunque se gane siempre en casa, algo casi imposible, es necesario sacar más puntos fuera.
Y en las tres últimas salidas es difícil de entender la elección de jugadores de Lasarte. Sergio demostró el domingo anterior lo mejor que puede dar. Le falta físico para aguantar un partido, pero su calidad y talento es ideal para jugar la última media hora con defensas como la que ayer tenía al final el Albacete fundida. Porque algunos quisieron ver en la mejoría final los efectos de la salida de Bueno, pero si en vez de entrar él llega a aparecer en ese momento el riojano habría dado más claridad.
Otra cosa difícil de entender es por qué Nsue juega tan poco cuando es el mejor fichaje con diferencia y por qué nunca se le ha dado la oportunidad de jugar de delantero, donde más puede rendir. Y ya lo que resulta imposible de comprender es qué más debe hacer De la Bella para salir del once. Hay fichajes en los que no hace falta ver a un jugador para saber que no tiene nivel para un equipo que aspira al ascenso a Primera. Basta con repasar su trayectoria. Cuando tres equipos lo han tenido en su filial y a los 23 años está libre es porque todos han visto que le falta mucho para llegar a Primera, que es lo que necesita la Real. En cuatro años en Segunda B y en el colista de Segunda ha jugado una media de 25 partidos muy baja para un buen lateral.
A falta de Sarasola, el mejor lateral izquierdo, contra delanteros que no son rápidos y tienen envergadura es mejor colocar a Labaka con Ansotegi en el centro y situar en la banda a Mikel González, como se vio en el segundo tiempo. Porque lo malo no es que De la Bella no dé el nivel necesario, sino que los rivales ya saben donde está el agujero.
Un agujero en la izquierda
El primer tiempo lo dejó claro. Uno no ha visto nunca un equipo con una tendencia tan obsesiva por jugar siempre por una banda. Pudo verse agudizada por la tarjeta temprana que vio tras un mal control y una falta tan flagrante que motivó la sanción. Pero una amarilla no condiciona tanto el juego del rival y el Albacete ya había demostrado que iba a jugar por esa banda para aprovechar la facilidad con la que De la Bella concede su espalda. Ya la buscó al medio minuto para provocar el primer saque de esquina y esa jugada se repitió habitualmente. En todo el primer tiempo el Albacete sólo entró en una ocasión por su banda izquierda a pesar de que allí tenía a Antonio López, mejor jugador que Altobelli y que el sábado anterior había marcado dos goles en Tarragona.
Gracias a que Altobelli no tiene mucho nivel, no pareció un fenómeno como Rufete y Carmona en los dos partidos anteriores, y su fallo en la ocasión más clara permitió a la Real irse al descanso en igualdad en la enésima ocasión en la que buscaron la espalda de De la Bella. La Real sufría en defensa por esa banda y en ataque no fue capaz de superar el planteamiento conservador del Albacete, que cedió el balón y esperó siempre en su campo a que lo perdiera para intentar jugar a la contra.
Pese a decantarse Lasarte por jugadores con buen manejo de balón como Elustondo y Sergio y tener superioridad numérica en el centro junto a Aranburu con los medios centros locales, la Real fue incapaz de combinar en la primera media hora de juego, en la que Aranburu estuvo muy mal. Y cuando mejoró en los últimos quince minutos y Xabi Prieto tuvo sus primeros balones empezó con su tarde desafortunada y dos de sus mejores opciones para encarar acabaron en contras del Albacete.
Sergio no entró en juego y Elustondo bastante tenía con mantener el tipo en su vuelta al once tras un mes de ausencia. Griezmann no tocó un balón en condiciones en la izquierda y Agirretxe tampoco. Fue un primer tiempo muy malo de la Real, pero que al mismo tiempo resultaba alentador porque sin hacerlo nada bien se veía que el Albacete era muy vulnerable e invitaba a buscar la victoria.
Y el primer paso para hacerlo era cambiar a De la Bella y optar por la defensa que debía haber alineado de inicio Lasarte, la misma con la que la Real jugó sus mejores partidos ante Numancia y Salamanca. Mikel González no tiene recursos para subir la banda y sufre en algunas situaciones, pero en defensa no hay comparación y tampoco en ataque el lateral aporta más.
Un cambio necesario
A raíz de ese cambio, el Albacete no atacó nunca por la banda derecha que había buscado sistemática en el primer tiempo y empezó a intentar encontrar a Antonio López. Pero no inquietó y se limitó a encerrarse en su campo. Los 40 goles que se habían visto en los once partidos del Albacete invitaban a esperar un rival abierto, pero los manchegos jugaron a la defensiva sin asumir riesgos y cortando siempre en falta las ocasiones en las que perdían el sitio con el consentimiento de Lizondo Cortés.
Ante ese planteamiento de impedir jugar al fútbol del Albacete, la Real movió mejor el balón con una posesión que en el segundo tiempo se acercaría al 70%. Los locales se cansaron de correr detrás del balón y permitían a los realistas combinar mejor, pero esa clara superioridad en el centro del campo no se tradujo en ocasiones de gol.
En ese sentido futbolistas como Xabi Prieto y Mikel Aranburu deben aportar mucho más en los últimos metros. Son con Griezmann los jugadores que más talento tienen del equipo y tienen que asumir sus galones. El donostiarra apenas dio algún centro en el segundo tiempo, aunque Tarantino no le dejaba respirar con constantes faltas, y en las pocas opciones que se enviaba un balón al área se echa en falta una mayor presencia del azpeitiarra en el remate.
El año pasado metió cinco goles cuando se decidió a pisar área -también es verdad que jugó de media punta algunos partidos- y la responsabilidad de marcar no se puede dejar sólo en un delantero y en Griezmann. Que suba un pivote al remate implica riesgos de que el partido se rompa, pero el Albacete no inquietaba nada y el empate no era un buen resultado como para no asumir unos mínimos riesgos. En ese tipo de situaciones el equipo necesita que llegue al área, que Estrada apoye más en ataque a Prieto y, sobre todo, inquietar algo en la infinidad de faltas que concedió el Albacete en su campo. En todas subían los centrales y en una sola se remató y sin peligro. Y así ayer fue imposible marcar.
Martín Lasarte señaló tras el partido que tras dos derrotas a domicilio «empatar ante un equipo que llevaba dos triunfos seguidos no es malo. Hay que sacar algo fuera y ganar en casa, pero el problema es que no vas a ganar en casa siempre y alguna vez debes hacerlo fuera. Por el contexto del partido pudimos ganar y no lo hicimos. Mi sensación es que, con el debido respeto al rival, dejamos pasar una oportunidad de ganar. Un punto fuera no es malo, pero al final el equipo cogió intensidad y se lo creyó muy tarde y ya no nos dio tiempo. El empate no es bueno, dejamos la ocasión de ganar».
Añadió que «en la segunda parte el equipo cogió más terreno, confianza y valentía. La idea era dar con los cambios refresco, otra movilidad. Lo que se pretendió al principio no salió bien, lo que se intentó al final tampoco, pero dio la sensación de que era mejor para este partido, aunque dejamos pasar una linda oportunidad de volver con tres puntos».
En la misma línea comentó que la entrada de Bueno debió darse «cinco o diez minutos antes, nos pudo dar la posibilidad de crecer antes. El cambio fue bueno, pero con más minutos pudo dar esa frescura con más tiempo por delante. El primer tiempo fue bastante malo, el equipo ha intentado recuperar la posesión, pero no se logró lo que se pretendía. Buscamos un equipo distinto, buscar una referencia arriba con dos puntas. Johnatan, aunque entró pocos minutos, lo hizo bien, pero fue muy tardía la reacción, cuando no quedaban energías para doblegar al rival». GARA