El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, anunció el sábado que va a impugnar las elecciones previstas para el próximo día 29 y cerró la puerta definitivamente a su restitución en el cargo.

En un discurso desde la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra refugiado desde hace más de un mes, Zelaya tildó de ilegal el proceso electoral impulsado por el golpista Roberto Micheletti y aseguró que los comicios no serán suficientes para solucionar la crisis política en la que está inmersa Honduras.

«Reafirmo mi decisión de que a partir de esta fecha, cualquiera que fuera el caso, yo no acepto ningún acuerdo de retorno a la Presidencia de la República para encubrir este golpe de Estado», dijo Zelaya leyendo una carta dirigida al presidente de EEUU, Barack Obama.

«Bajo estas condiciones no podemos respaldar las elecciones», manifestó. «Procederemos a impugnarla legalmente en nombre de millares de hondureños y de cientos de candidatos que sienten que esta competencia es desigual», añadió.

La Organización de Estados Americanos (OEA), que expulsó a Honduras de su seno poco después del golpe de Estado, ha dicho que no reconocerá el resultado de los comicios del 29 de noviembre si Zelaya no es restituido, una cuestión sobre la que debería decidir en los próximos días el Congreso hondureño.

En cambio, el golpista Micheletti recibió el apoyo del presidente de la Internacional Liberal, Hans van Baasel, de visita en Tegucigalpa, quien ayer declaró que está «convencido» de que EEUU reconocerá los comicios del día 29, «ya que han cambiado su posición inicial».

La Internacional Liberal nombró vicepresidente a Micheletti durante la reunión que celebró hace dos semanas en El Cairo. Van Baasel declaró que espera que Micheletti se incorpore a estas funciones tras concluir su «mandato como presidente hondureño» el 27 de enero de 2010.