Raimundo Fitero
Perdón empresarial
Se conoce como Los Manolos a los dos presentadores de deportes de Cuatro, forofos madridistas, más papistas que el Papa. Tras el alcorconazo tuvieron la infeliz idea de hacer una entrevista a Florentino Pérez, el ser superior, pero se la hicieron como si hubieran sufrido un arrebato de periodismo agresivo, como si el espíritu de José María García se hubiera apoderado de ellos, y le pusieron contra las cuerdas. Es decir, le pasaron por la cara la inversión desproporcionada, las presentaciones, los aires de grandeza y los resultados hasta el momento, e incluso le acusaron de haberse rendido ante sus propios fichajes, sus monstruos, como ya hiciera años atrás. No le gustó, claro está, a Florentino, que inmediatamente movió sus tentáculos y la empresa les obligó a hacer el ridículo mayúsculo: pedir perdón en público, lo que nos abre de nuevo el capítulo de dudas sobre el ejercicio de la profesión periodística.
Estamos hablando de un asunto tan irrelevante como el fútbol, donde se puede opinar con la mayor de las ligerezas sobre entrenadores, árbitros, jugadores o directivos, donde el exceso de forma y fondo, el apasionamiento, lo parcial y hasta sectario forma parte del propio negocio, pero no se pueden tocar los “seres superiores”. De ahí, la derivada más grosera, ¿qué libertad tiene el periodista de un grupo de comunicación con muchas extensiones? He escrito periodista, porque es evidente que no puede existir crítica, eso se da por abolido desde hace años. La libertad para preguntar sin hacer un trabajo de maquillaje, una lavado y cardado con mucha brillantina que es lo que se hace normalmente. En este caso si la entidad que preside Florentino Pérez, corta el grifo al grupo Prisa, provoca un agujero económico mayor del que ya tienen.
¿Cuál ha sido la reacción de los otros periodistas del grupo? ¿Deberían dimitir Los Manolos por esta reprimenda? Aguantar y pasar por la humillación del perdón empresarial es una opción que a lo mejor resulta la táctica ideal porque, para que nos vayamos enterando: fueron de los momentos más vistos y su repetición en YouTube va en cifras descomunales. Todo por la audiencia.
Estamos hablando de un asunto tan irrelevante como el fútbol, donde se puede opinar con la mayor de las ligerezas sobre entrenadores, árbitros, jugadores o directivos, donde el exceso de forma y fondo, el apasionamiento, lo parcial y hasta sectario forma parte del propio negocio, pero no se pueden tocar los “seres superiores”. De ahí, la derivada más grosera, ¿qué libertad tiene el periodista de un grupo de comunicación con muchas extensiones? He escrito periodista, porque es evidente que no puede existir crítica, eso se da por abolido desde hace años. La libertad para preguntar sin hacer un trabajo de maquillaje, una lavado y cardado con mucha brillantina que es lo que se hace normalmente. En este caso si la entidad que preside Florentino Pérez, corta el grifo al grupo Prisa, provoca un agujero económico mayor del que ya tienen.
¿Cuál ha sido la reacción de los otros periodistas del grupo? ¿Deberían dimitir Los Manolos por esta reprimenda? Aguantar y pasar por la humillación del perdón empresarial es una opción que a lo mejor resulta la táctica ideal porque, para que nos vayamos enterando: fueron de los momentos más vistos y su repetición en YouTube va en cifras descomunales. Todo por la audiencia.