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PRIMERA I Los nuestros

Desciende la carga, se mantiene la exigencia

Hasta Navidad, el Athletic puede delimitar su horizonte liguero y debe refrendar la clasificación europea.

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Amaia U. LASAGABASTER I

El Athletic ha quemado la segunda etapa de la gran carrera de resistencia en que se ha convertido su temporada. Lo ha hecho con menos fortuna que en la primera, cuando consiguió la clasificación para disputar la Europa League. Sigue con paso firme en la competición europea, pero en este segundo tramo ha visto cómo otro de sus objetivos, la Copa, se ha venido abajo. Así que, de aquí al parón navideño, afronta un calendario menos cargado, pero no menos exigente que hasta ahora.

En las cinco próximas semanas, los rojiblancos disputarán siete encuentros, lo que se traduce en tres semanas «blancas». Todo un lujo para un equipo que está viendo, por un lado, cómo el número de partidos y el de ocupantes de la enfermería van de la mano estas últimas semanas y, por otro, cómo esa carga se ha dejado notar en su rendimiento en más de una cita.

Hasta Navidad, de todos modos, habrá mucho en juego para el Athletic. Sólo le separa un punto de la clasificación para la siguiente ronda de la Europa League -incluso el primer puesto del grupo está a tiro-, pero hay que sumarlo y ninguno de los dos compromisos que tiene por delante son especialmente asequibles: por jugarse en Viena (el próximo 3 de diciembre) el primero, ante un Austria obligado a ganarlo todo, y, sobre todo, por enfrentarle el segundo al favorito y gran dominador del grupo, el Werder Bremen (el 17 de diciembre). Si todo sale bien, alemanes y rojiblancos pueden disputarse el liderato ese día en San Mamés; si la suerte no acompaña en el Ernst Happel, el equipo bilbaino llegará presionadísimo a la cita.

En Liga, las próximas semanas versarán más sobre las posibilidades que sobre las obligaciones. Las últimas victorias mantienen al Athletic en buena situación -sólo un punto le separa de posiciones europeas-, con lo que la racha debería ser horrible para que el turrón resultase amargo.

Pero los cinco partidos ligueros que restan hasta el parón, sí pueden servir para delimitar el horizonte de los rojiblancos esta temporada. Tanto porque la tendencia a esas alturas -la 15ª jornada será la última de 2009- suele resultar bastante significativa, como por la exigencia de los rivales: dos de la parte alta (Barcelona y Valencia) y tres de la zona media (Almería, Zaragoza y Osasuna), ante los que el Athletic puede confirmar si es un equipo con aspiraciones o uno del montón, condenado a pelear por la permanencia como principal objetivo una temporada más.

Defectos y virtudes

No será una cuestión exclusiva de resultados. Si el Athletic quiere olvidar los sufrimientos por un año, y también evitar convertirlos en bostezos, tiene defectos por limar y virtudes por potenciar, a tenor de lo visto en los tres primeros meses de competición. En el «debe», amenazan con colocarse en la primera posición los problemas del equipo en la defensa de las acciones a balón parado..., que se unen a los problemas defensivos en general -el equipo sólo ha acabado con la puerta a cero en 5 de los 22 partidos oficiales que ha disputado esta temporada-, una sangría que Joaquín Caparrós sigue sin frenar

En el lado contrario, la gestión que está realizando el técnico de la plantilla este año, que está dando sus frutos y que invita a mantenerla aún con una competición menos, y el descubrimiento -aunque haya tenido que mediar una lesión- de que el Athletic puede jugar bien sin Fernando Llorente en el campo, aunque los balonazos para el ariete sigan encabezando el ranking de los recursos ofensivos del equipo.

Las puertas abiertas a la ilusión

Aunque la derrota frente al Almería ha impedido que el parón ligero se disfrute totalmente, Osasuna afronta el segundo tramo de la temporada con todas sus ilusiones intactas.

En el mejor arranque de campaña desde que Javier Aguirre clasificara al equipo para Europa, el equipo rojillo parece haber encontrado el camino para olvidar las penurias de los últimos años. Con una trayectoria especialmente destacable en el Sadar -sólo un Sevilla en estado de gracia ha sido capaz de llevarse los tres puntos-, el equipo de José Antonio Camacho salda el primer cuarto liguero en la zona tranquila de la clasificación, equidistante de los puestos nobles y la zona en rojo.

De aquí a Navidad, los partidos ante Valencia, Zaragoza, Málaga, Mallorca y Athletic determinarán qué camino escoje el equipo. También si el mes de enero -con dos o, en caso de clasificación, cuatro partidos coperos- se convierte en un nuevo camino a la ilusión, que Osasuna ya recorrió hasta la final hace cinco temporadas, o en un tormento competitivo para un equipo necesitado. A.U.L.

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