Dicen que el de supervivencia es el más primario de nuestros instintos, aquél que en situaciones límite anula aquello que nos hace humanos y Titín III volvió a demostrarnos que está hecho de una casta especial al salir vivo, magullado y con heridas en su cabeza, pero vivo, del cuerpo a cuerpo al que le sometió Sebastian Gonzalez. El de Tricio se presentó a este campeonato con más dudas que nunca, Asier Olaizola lo tuvo contra las cuerdas, pero sacando un coraje impropio de un profesional de 40 años, está a quince tantos de plantarse en una nueva final de su torneo preferido.

En un partido atípico, en el que ambos pelotaris se hicieron un hueco en la jaula prácticamente a codazos, el de Tricio estuvo mucho más entero que Gonzalez, que nunca supo cómo jugarle al riojano. Ninguno de los dos estuvo especialmente agraciado en el remate, pero gracias a su instinto, el riojano aprovechó mucho mejor las opciones que le dio su rival, que no estuvo tan centrado como en partidos anteriores.

Los primeros tantos cayeron rápido, a uno y otro lado, pero sin una pauta lógica y con los fallos como protagonistas. Ninguno de los dos pelotaris quería que el partido se alargara y Gonzalez tomó una ligera ventaja de cuatro tantos en cuanto comenzó a soltar su látigo.

Primer golpe

Sin embargo, el lapurtarra sufrió el primer cortocircuito en el 7-4, un tanto que cayó del lado colorado tras una gran defensa de Titín y el golpe que Gonzalez se llevó ante el de Tricio al tratar de llevar una pelota cortada larga. Titín aprovechó las dos pasas casi consecutivas -una al resto de un saque- y el mal cálculo en el ancho de Gonzalez para tomar la delantera en el marcador, una ventaja que ya no dejó en todo el partido.

Aunque la semana pasada consiguiera doblegar a Martínez de Irujo, a Sebastian Gonzalez le gusta mucho más jugar ante pelotaris más clásicos y ayer le costó horrores colocarse bien en la cancha, ante un Titín que nunca le dejó sentirse cómodo en la cancha, buscándole constantemente la derecha, con la que no tiene tanta confianza, como demostró en un dos paredes poco ortodoxo pero ejecutado con suma eficacia.

Precisamente una de las características estiradas de Titín para llevar una pelota perfectamente cruzada al ancho propició el susto del día. En su ímpetu por llevar a buena la pelota, el pelotari de Tricio se golpeó con su cabeza contra una de las localidades de cancha, recibiendo un fuerte impacto en la sien que lo hizo retorcerse de dolor.

No obstante, un chichón no es suficiente para detener a Titín y, tras ser atendido por Txema Urrutia, el riojano volvió a saltar a la cancha sin amedentrarse y volvió a abrir brecha, con una nueva polémica tras dar los jueces vuelta en una nueva estorbada de Gonzalez.

El lapurtarra tuvo momentos brillantes, con voleas, dos paredes e incluso un saque milimétrico al ancho que Titín ni olió, pero careció de ese instinto que el delantero riojano sacó a relucir en sus momentos de crisis y que le permitió sumar otra victoria que lo deja a un solo paso de seguir agrandando su leyenda con una nueva final.