Acaban de cumplirse siete meses desde que, el 18 de abril, Jon Anza fue visto por última vez por sus allegados, cuando había cogido un tren para Toulouse. En las últimas semanas ha sido especialmente evidente el silencio extendido al respecto, pese a la confirmación del Juzgado de Baiona de que estudiaba seriamente las últimas informaciones al respecto.

En una entrevista concedida a la página web www.apurtu.org, tanto Koldo Anza -hermano de Jon- como Maixo Pascassio -compañera del desaparecido- han puesto el acento en la actitud de políticos y medios de difusión. Anza considera evidente que «en cualquier país democrático se hubieran exigido responsabilidades por esto», contrariamente a lo que ocurre en el Estado español.

Según remarca, tras casos como los secuestros de Alain Berastegi, Lander Fernández, Juan Mari Mujika o Dani Saralegi, ya está plenamente constatado que existe la guerra sucia en este momento concreto.

Sin embargo, el hermano de Jon Anza recuerda que también es evidente que esta práctica «es gratuita» en Euskal Herria, «se llame GAL, se llame Batallón Vasco-Español o se llame como se llame». Para recordarlo enumera nombres como los de Enrique Rodríguez Galindo, José Amedo, José Barrionuevo o Rafael Vera, para recordar que los cumplimientos de condena por guerra sucia fueron muy cortos en el tiempo y se produjeron además, en la mayoría de los casos, en régimen abierto.

«Hace mucho daño»

Anza y Pascassio subrayan que en casos como éstos «la presión que pueden ejercer los medios de comunicación es importante, pero vemos con pena que no está siendo así».

Según su diagnóstico, que se sustenta en las actitudes observadas en estos siete meses de desaparición, «hay un silencio cómplice por parte de los partidos políticos y una desinformación que no sabemos a qué intereses responde».

En concreto, se detienen en la pregunta trasladada en su día por el presidente del Gipuzku Buru Batzar del PNV, Joseba Egibar, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien pidió que explicara si Jon Anza había sido detenido por policías españoles. Su hermano cuestiona al respecto: «¿Qué sentido tiene que realice una pregunta de este tipo?». Y se responde que «posiblemente Joseba Egibar sepa algo más» y que otro tanto ocurre con otros dirigentes políticos.

Para Pascassio, todos estos silencios «hacen mucho daño». Koldo Anza añade que «es muy triste que cada día que pasa esto vaya a ser un nuevo caso Pertur, Popo Larre o Naparra».

Sobre la investigación judicial francesa, Anza afirma que en estas instancias se les admitió el valor de la información de GARA que afirmaba que su hermano murió en manos de un cuerpo policial español y que fue enterrado en el Estado francés.