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Los Bancos del Tiempo de Bizkaia sincronizan la hora de sus relojes

Si yo sé hacer algo y con ello puedo ayudar a alguien, puedo pedir que alguien me ayude a mí cuando lo necesite. Son los Bancos del Tiempo, de los que en Euskal Herria hay varios. En Bizkaia han decidido poner en hora sus relojes y crear una red entre todos ellos.

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Joseba VIVANCO

Me gustaría que alguna chica venga a hacerme el almuerzo, yo pongo los ingredientes»; o «busco persona con taladro para que me ayude a colocar una estantería»; o «hola, hace mucho tiempo que no me dan un masaje en condiciones, si te animas me encantaría recibirlo». Pero también «necesito que alguien nos ayude a mi mujer y a mí a buscar un piso en alquiler. Somos tres personas en la familia y llevamos tiempo buscándolo sin resultado»; o «sé un poco de inglés pero me encantaría poderlo practicar, porque la timidez me impide que progrese, así que si alguien puede ayudarme sería genial». Y lo mismo que demandas, encontramos múltiples ofertas. Éstas están todas en la página web del Banco del Tiempo de los Barrios Altos de Bilbo, a punto de cumplir su primer año de vida intercambiando tareas por minutos u horas.

El suyo es el único banco del tiempo vizcaino on line. El resto, funciona de manera habitual ligado a una entidad o asociación, con una sede y con el pago de horas por medio de cheques en papel. Hace unas fechas, los diferentes bancos que trabajan en Bizkaia celebraron unas jornadas en las que acordaron poner en sincronía sus relojes y establecer una red de bancos.

«Se trata de cubrir, por una parte, las demandas que no están siendo cubiertas desde cada banco del tiempo, y, por otro lado, para mantenernos en contacto los administardores de cada banco para ir solucionando entre todos los problemas que van surgiendo en el día a día», explica Leire Casas, responsable del de los Barrios Altos bilbainos.

El suyo quizá sea uno de los más destacados del territorio vizcaino, pero no es ni mucho menos el único. Existen en otros barrios bilbainos como la Peña, Ibarrekolanda, y también en otras localidades como Lekeitio o Berriz, o el Bajo Deba, Gasteiz o Iruñea, entre otros.

Pero ¿cómo explicar qué es un banco del tiempo? Pues tan simple como «un sistema de intercambio de servicios por tiempo», explica Leire. «En él -añade-, la moneda de pago por los servicios realizados es el tiempo y nunca entra en juego el dinero, a no ser que haya que adquirir algún material».

El Banco del Tiempo de los Barrios Altos de Bilbo echó a andar en enero de este año. «Los problemas vienen al principio, cuando se debe poner en marcha y promocionarlo. Sin embargo, una vez que comienza a caminar, todo va bastante rodado», confiesa.

El suyo surgió desde el proyecto «konekta» de la Fundación Aldauri. Hoy, cuenta con un centenar de personas registradas en su web www.bdtbilbao.org, hombres y mujeres casi a partes iguales. «Hay gente de todo -responde Leire-. Gente que pretende compartir, dar y recibir, sentirse útil, aumentar las relaciones interpersonales, fomentar el altruismo o la solidaridad... Hay gente de toda edad y estrato social».

Demandas y ofertas de todo tipo

Son unas sesenta ofertas a día de hoy y unas 25 demandas que se pueden consultar en la web de este banco del tiempo bilbaino, contabilizando algo más de una quincena de intercambios. Ofertas y demandas que van desde las relacionadas con el arte al cuidado de personas, pasando por la informática, música, idiomas y trabajos del hogar.

«La transferencia de horas entre los miembros de nuestro banco del tiempo puede hacerse directamente, y los usuarios pueden ver quién está ofertando algo y ponerse en contacto directamente con quien está ofertando o demandando el servicio», detalla su coordinadora. «En otros casos, existe un tablón que va poniéndose al día, según las ofertas y demandas, y la trasferencia de horas se hace mediante un cheque», añade.

Así, podemos ver ofertas como «enseño conocimentos básicos para explotar al máximo tu creatividad con la cámara»; o «si no tienes tiempo de pasear a tu perro tanto como quisieras me ofrezco para sacarle y jugar con él»; o «me ofrezco para clases de matemáticas de todos los niveles. He dado clases en la universidad en Nepal»; o tan sólo «si necesitas, me ofrezco para limparte la casa». Así que, si tiene tiempo y sabe hacer algo...

«Nicolás aprende a pintar con Sara, Sara le arregla el enchufe a Amaia...»

Una hora usada en ayudar a alguien devenga en una hora de crédito que le sirve a uno para que otro le ayude. Los «créditos de tiempo» son un nuevo tipo de moneda y el medio de intercambio que utilizan quienes se suman a esta iniciativa, que nació en la década de los 80 del siglo pasado en EEUU con los ``Time Dollar''. El concepto de banca de tiempo llegó a Gran Bretaña en 1998, donde fue calando con el nombre de ``Time Bank'', aunque los pioneros en Europa fueron los italianos, seis años antes. Hoy, en Euskal Herria esta opción va calando poco a poco. El Banco del Tiempo de Ermua, por ejemplo, con más de dos años de vida, suma setenta socios -«www.auzopolis. net»-. Los hay veteranos y otros que van surgiendo, como el de Berriz, amparado por su Ayuntamiento y la asociación Zabaltzen. Lekeitio cuenta con otro desde mediados de este año. Al final, es tan sencillo como lo describe el banco del tiempo de Iruñea en su web -«bdetiempo.blogspot.com»-, como que «Nicolás aprende a pintar con Sara, Sara le arregla un enchufe a Amaia, Nicolás enseña a cocinar a Amaia...». J. V.

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