Derrota del Baskonia en Euroliga
Achacoso sí, pero cómo juega el CSKA
Los hombres de Ivanovic lucharon lo indecible, pero las estrellas moscovitas tiraron de experiencia y se llevaron un partido emocionante y de calidad. Lo mejor del cuadro local fue el partidazo de Barac.
CAJA LABORAL BASKONIA 67
CSKA MOSCÚ 71
Arnaitz GORRITI
Nadar para morir ahogado en la orilla. Y es que por muchos achaques que tenga el equipo del Ejército Rojo, cuando a sus estrellas les da por carburar, que tiemble Europa y quien haga falta.
Vendió cara la derrota la plantilla baskonista en un choque fabuloso, pero perder duele igual ante una línea exterior moscovita que enseñó sobradamente que no se les ha olvidado jugar, cosa que demostraron durante los 40 minutos, especialmente al principio y al final.
Primero fue Siskauskas quien hizo roto y medio a la defensa baskonista en un cuarto inicial primoroso, donde cargó de faltas a English y minimizó a San Emeterio con cuatro triples y una visión de juego envidiable. Mientras, los de Ivanovic, muy estáticos, daban palos de ciego en ataque y se dedicaban a correr en defensa. El 12-24 del primer cuarto se pareció en exceso al 13-25 de hace dos años. Pero no, porque no era Ettore Messina el inquilino del banquillo moscovita, ni Spahija el del vestuario gasteiztarra. Además, Planinic jugaba con los de blanco, cuando el Baskonia iba vestido de negro.
Por fortuna, aquello no era un déjà vu, o no del todo. Singletary y Barac le echaron carácter en defensa y en ataque -y sentaron a Siskauskas con dos faltas- compensando la flojera defensiva de Teletovic, mientras English, a su regreso, se dejó los complejos. Los de Ivanovic se arrimaron mucho, 32-34, pero no remontaron, y los de Pashutin -ovación al técnico ruso-, gracias a acciones de Khryapa, Kaun -que metió un matazo tras rebote, digno de highlight- y Langdon, con un triplazo en la cara de Ribas, dejaba el partido al descanso con 35-43.
Gozando con el sufrimiento
Para remontar ante el actual subcampeón de Europa había que sufrir. Y los de Ivanovic decidieron sufrir, y hasta se regodearon en el mismo para acercarse y terminar de remontar la desventaja. En semejante empresa, hay que subrayar el impagable trabajo de un Stanko Barac que demostró que por sus venas circula sangre, tanto en sus aciertos como en los errores -hasta se atrevió con un triple pese a las posteriores iras de su técnico-. El croata se reivindicó.
Pero no fue el único. Splitter mostró una vez más que es el mejor pívot que juega en Europa. English es un tirador que, cuando adquiera confianza en sus posibilidades, podrá ser importante sin apelar constantemente a la heroica; Pau Ribas vio algo de luz y así, refocilándose en el cansancio, las faltas y el talento ruso, los de Ivanovic llegaron arriba al último cuarto: 53-51 y a sufrir, pero con la esperanza de la victoria en el horizonte.
A sufrir, porque Langdon, Siskauskas y Holden tiraron de orgullo para venirse arriba y pasar del 55-51 al 58-64. Un mundo que remontar.
Los hombres de Pashutin aguantaban por delante gracias a su experiencia; muchas son sus horas de vuelo, y más frente a un Caja Laboral Baskonia que adoleció de ansiedad. Los gasteiztarras apretaron hasta el 67-69 a falta de pocos segundos, y cerca estuvieron de robar el balón, pero no fue posible y Langdon sentenció el duelo.
Se lamentaba Dusko Ivanovic por la derrota, pero más que por la derrota, por los «detalles» que decidieron el duelo. Y se lamentaba por la opción perdida de encaramarse en la cabeza del grupo C. Según el técnico de Bijelo Polje, «estuvimos a punto, pero no hemos sabido ganar el partido. Nos ha faltado rematar».
«Creo que comenzamos mal, defendiendo sin intensidad y dejando que Siskauskas lanzara sin oposición. Después, en el segundo y tercer cuartos, mejoramos mucho. Por eso creo que al final el duelo se decidió por pequeños detalles: la mala defensa sobre Langdon cuando ganábamos de cuatro, dos o tres rebotes defensivos que no cogimos, o un par de balones que perdimos en ataque buscando un tiro mejor. No hemos sabido rematar el partido», insistió.
También apenado, San Emeterio se acordaba del 12-24 del primer parcial. «Pese a que hemos hecho una buena defensa, no hemos llegado. Siskauskas nos ha hecho mucho daño desde el triple; de hecho, planeamos que tirara en vez de que penetrara, pero nos ha matado. Ahora sólo toca trabajar», terminó.A. G.