Raimundo Fitero
Protesto
A quién elevo mi protesta? Iba yo decidido a ver «Salvados» y me encuentro con una entrevista imperial, esto viene a cuento de la alfombra y el lugar elegido para la misma, de ZP con Mamen Mendizábal, en La Sexta. ¿No puedo protestar por el cambio? Desde hace mucho tiempo no me interesa demasiado lo que dice el señor de las cejas, las eñes y los despropósitos, pero entiendo que a la cadena que tanto le debe le interese hacerle un lavado de cara, un peinado y crepado de pelo, pero a su audiencia, que lo sepa, no nos interesa demasiado. Y si uno es un fiel seguidor, debe protestar por lo que el parece superfluo y casi todo lo que dice ahuecándose el señor Rodríguez Zapatero empieza a parecer demasiado a lo que decía el señor Aznar, y no quiero molestar a nadie. Estoy hablando de formas. Porque lo otro, el fondo, la ideología en materias fundamentales como la economía, la estructura del estado, los conflictos con las naciones del estado y otras cuantas más está claro que es lo mismo, absolutamente lo mismo.
El mando a distancia automáticamente sin apenas utilizar mi dedo salvador saltó de cadena, me llevó por otras causas, y me encuentro con la protesta del protestón que intentaba reírse de sí mismo, pero como tiene tan «mala follá», no produce ninguna gracia sino sentimientos de patetismo. Nos referimos a «G-20», ese programa en declive que pierde audiencia a la velocidad que el señor Risto Mejide se crece como imitador de los imitadores, como rebelde con causa económica, como paradójico usurpador de posturas de enfrentamiento barato con personajes baratos. Entre este tipo y yo debe existir algo personal, que lo quiten de la parrilla porque no sé si podré contenerme mucho más.
Así que fui saltando y saltando, vi una buen entrevista de Gabilondo a un neurólogo encargado de un hospital madrileño hablando sobre el coma a raíz de ese hombre belga que después de veintitrés años resulta que solamente tenía limitaciones de comunicación, pero escuchaba todo. Es verdad que ese mundo de los estados comatosos provocan un desasosiego profundo. Y los especialistas saben que hay lagunas de diagnóstico. Buen tema para escuchar a los que estudian estos asuntos.