El Ejército de Pakistán volvió a ser objetivo de un atentado. Al menos 40 personas, entre ellas altos mandos militares, fallecieron en una mezquita situada en las cercanías del cuartel general de las Fuerzas Armadas en Rawalpindi y frecuentada por oficiales. Vecina de Islamabad, la ciudad acoge las principales instalaciones militares del país.

El ataque ocurrió sobre las 14.00, hora local, en plena oración del viernes. Según relató el portavoz del Ejército, el general Athar Abbas, un comando fuertemente armado entró en el interior del templo y comenzó a disparar contra los fieles que en esos momentos estaban rezando. También lanzaron granadas e hicieron estallar la carga explosiva que llevaban adosada al cuerpo. «El ataque fue perpetrado por más de un terrorista. Detonaron bombas en la mezquita. Hubo disparos pero ignoramos si procedieron de los militares o de los terroristas», añadió.

Testigos precisaron que eran entre siete y ocho personas y que portaban rifles de asalto y granadas de mano.

«Tiraron tres granadas dentro de la mezquita. Una la arrojaron a la zona de las mujeres y las otras dos, a la de los hombres. Sólo pude oír el ruido de los disparos», relató un testigo a la cadena qatarí Al Jazeera.

«Vi a entre cinco y siete hombres entrar por todos los laterales de la mezquita y disparar con sus kalashnikov», recordó el capitán Ammer-ud-Din.

La estructura del templo resultó muy afectada a causa de las explosiones. De hecho, el techo se vino abajo.

El Ejército no tardó en blindar la zona, mientras que varios helicópteros sobrevolaban las inmediaciones en busca de los asaltantes que lograron huir. Cuatro murieron en el atentado.

El periodista de Al Jazeera en Pakistán indicó que entre los fallecidos podría haber dos generales de algo rango, un brigadier y un general de división. «Estos datos están aún sin confirmar, pero de ser ciertos formarían parte del escalón militar más importante», subrayó. «La gran incógnita es saber cómo fueron capaces de entrar con ese armamento y burlar semejantes medidas de seguridad», añadió. Tanto el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, como el presidente, Asif Alí Zardari, ordenaron la apertura de una investigación para esclarecer lo sucedido.

El ataque de ayer se produce dos días después de un kamikaze se inmolara tras ser interceptado cerca de la principal puerta de acceso al Cuartel General Naval, en el céntrico sector E-8 de Islamabad. En la explosión murieron dos militares.

El 10 de octubre, un comando compuesto por diez personas tomó durante más de veinticuatro horas el cuartel general del Ejército en Rawalpindi. Durante ese intervalo mantuvieron a 42 militares y empleados civiles como rehenes. El Ejército lanzó un fuerte operativo que se saldó con 22 fallecidos. El asalto fue reivindicado por los talibán.

Una semana después, inició una vasta operación en Waziristán Sur, donde se supone que los talibán tienen mayor poder.