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Los EEUU de Obama, la OTAN y Rusia viven una luna de miel

La crisis de Georgia, hace menos de año y medio, parece ya muy lejana. La OTAN, que congeló entonces sus relaciones con Rusia, se vuelve a reunir con los enviados del Kremlin. Paralelamente, la Casa Blanca de Obama y el Kremlin se comprometen a renovar el Tratado START de desarme nuclear cuanto antes. No son, sin duda, malos tiempos para la diplomacia rusa.

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Los presidentes de EEUU y Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvedev, hicieron pública una declaración común en la que muestran su compromiso para concluir «lo antes posible» un nuevo acuerdo sobre desarme nuclear en el espíritu del Tratado START de reducción de armas estratégicas.

Este anuncio fue difundido por el Kremlin escasas horas antes de que hoy expire el Tratado START 1, que data de los estertores de la Guerra Fría. El tratado, que permitió reducir en cerca de un tercio los arsenales nucleares ruso y estadounidense fue firmado en 1991 y ratificado tres años más tarde.

Ambas partes se comprometen a impulsar las negociaciones en curso en Ginebra. Fuentes estadounidenses apuntaron la posibilidad de que el nuevo acuerdo se firme antes de que expire el año.

Washington y Moscú coinciden en los grandes objetivos de la nueva iniciativa de desarme, que fijaría entre 1.500 y 1.675 el nivel máximo de ojivas nucleares, y entre 500 y 1.000 el de portadores (misiles intercontinentales, submarinos y bombardeos estratégicos que podrá tener cada país).

Actualmente, EEUU tiene 5.576 cabezas nucleares y 1.198 portadores, mientras Rusia dispone de 3.909 cargas atómicas y 814 vectores, según datos de la agencia oficial rusa RIA-Novosti.

Programa de trabajo para 2010

En este clima de deshielo propiciado por la llegada de Obama a la Casa Blanca, Rusia y los países miembros de la OTAN escenificaron ayer su reconciliación al celebrar la primera reunión ministerial formal bilateral desde la crisis georgiana del verano de 2008.

Ambas partes firmaron un compromiso para reformar el actual Consejo OTAN-Rusia, que quedó seriamente tocado después de que los aliados decidieran congelar las relaciones con Moscú tras la intervención militar rusa de respuesta a la agresión de Georgia al enclave de Osetia del Sur, en un conflicto que fue bautizado como la «Guerra de los Cinco Días», entre el 8 y el 12 de agosto.

Asimismo, Moscú y la OTAN se comprometieron a consensuar un programa de trabajo para 2010 y un análisis común sobre las «amenazas y desafíos» a los que se enfrentan tanto Occidente como Rusia.

Reconocieron que los diferendos bilaterales -ampliación de la OTAN, seguridad europea- siguen ahí pero coincidieron en destacar el nuevo clima de distensión.

Frustración y reproches mutuos entre Ucrania y la Unión Europea

La cumbre entre la UE y Ucrania estuvo dominada ayer por la frustración y los reproches. Bruselas criticó las carencias en las reformas prometidas por Kiev, mientras que Ucrania lamentó la pusilanimidad de la UE.

«Voy a ser franco. Creemos que las promesas de reformas han sido cumplidas sólo parcialmente (...) y que las palabras no han ido acompañadas de hechos», espetó el presidente de la Comisión de Bruselas, José Manuel Barroso, al jefe de Estado ucraniano, Viktor Yushenko.

Ucrania vive una larga campaña electoral con vistas a las presidenciales del 17 de enero en medio de una crisis económica y política muy grave. El FMI se niega a desbloquear la tercera parte de un crédito de 1.600 millones.

Yushenko tampoco se mordió los labios y criticó abiertamente el retraso en la firma del acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania, antesala para unas eventuales negociaciones para la adhesión. El presidente ucraniano apeló a «la responsabilidad de todos» para culminar el acuerdo.GARA

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