Un informe de la Oficina Nacional Auditora (NAO) conocido ayer desvela que la cifra total de dinero público empleado para reflotar a los bancos británicos, que estuvieron al borde del colapso en octubre de 2008, asciende a 850.000 millones de libras (937.000 millones de euros).

El montante total de las ayudas públicas es muy superior a la cifra conocida hasta ahora y supone el equivalente a entregar a cada familia 4.000 libras (4.412 euros).

La cantidad recibida por los bancos supera el presupuesto anual del Servicio Nacional de Salud (NSH), triplica la partida destinada a Defensa y quintuplica el gasto anual en transporte. Además, habrá que sumar lo que le han costado al Estado los servicios de asesoría financiera y legal contratados y cita, por ejemplo, que Credit Suisse recibirá 15,4 millones de libras (17 millones de euros), a razón de 300.000 libras mensuales.

La NAO critica el contrato de estos servicios, que incluyen unas comisiones no definidas en función del éxito que se consiga, aunque reconoce que, siempre que el gasto esté por debajo de las 100 millones de libras, serán los bancos parcialmente nacionalizados -Lloyds Banking Group y RBS- los que se hagan cargo de la minuta.

La NAO considera, por otra parte, «justificado» que el Estado hiciera uso de estos recursos financieros sin precedentes a cuenta del bolsillo de los contribuyentes para proteger a la industria, cuyo colapso total hubiera sido catastrófico para el país.

Según la NAO, el rescate multimillonario de los bancos logró el objetivo de evitar que la crisis se extendiera y salvó los ahorros de los británicos, pero fracasó en su objetivo de reanudar los niveles normales de crédito a las empresas y los particulares, una de las razones de que la economía británica siga en recesión.