Una ventana abierta en «Le Monde»
El reportaje publicado en el diario «Le Monde» sobre la desaparición de Jon Anza tiene un nada despreciable valor en el camino que debe conducir a conocer lo ocurrido con el militante vasco. Si bien en casos tan opacos como éste no se pueden esperar grandes revelaciones de golpe, de entrada la misma aparición del tema en uno de los principales periódicos europeos, con un tratamiento extenso y riguroso desde el punto de vista periodístico, supone la ruptura del silencio informativo que en general ha pesado sobre el caso, especialmente en el Estado francés, pero también en el español. Para gran parte de la opinión pública francesa, ésta habrá sido la primera noticia sobre la desaparición de Anza y la recibe a través de un elaborado reportaje que recoge los hechos de forma objetiva y recaba las opiniones de todas las partes implicadas, entre ellas las de los familiares y abogados del donostiarra.
El contenido del reportaje arroja pistas importantes sobre el desarrollo de las investigaciones por parte de la Fiscalía de Baiona, que no oculta su «perplejidad» ante los escasos avances en las pesquisas policiales, a pesar de que éstas son muy activas. Tampoco ha surtido efecto alguno la petición de información sobre el caso a la Justicia española por parte de la mencionada Fiscalía, cuyos responsables aseguran que no tienen indicios de participación de grupos parapoliciales pero confiesan que «no puede descartase nada». De hecho, en el caso del secuestro del ataundarra Juan Mari Mujika en Donapaleu, la investigación policial sigue el rastro de cuatro móviles españoles, según «Le Monde».
El pasado domingo, Patxi López renegaba de los «atajos» ocurridos en el pasado, en velada pero indiscutible referencia a los GAL. En el caso de Anza, y aunque los datos siguen siendo sospechosamente escasos, todos los indicios que se van sumando apuntan en una misma dirección: la que se lee entre líneas en ``Le Monde'' y que nadie quiere ver en Madrid, ni en Lakua.