Raimundo FITERO
¿De qué van?
Cuando los equipos de promoción de un programa de televisión, una serie, una película, preparan notas explicando parte de los contenidos y en algún párrafo se puede encontrar alguna pista para saber de qué van. De los asuntos principales que se van a desarrollar. En la mayoría de las ocasiones son ganchos publicitarios, frases propagandísticas que responden a un estudio de mercado y no informaciones de síntesis. Pero una vez puesto el programa en marcha, la continuidad promocional se basa en otros impactos, en otras provocaciones, pero también es normal en un porcentaje muy amplio de las parrillas de las cadenas que funcionen de manera inercial, que tienen una cuota de pantalla suficiente y no necesiten según los responsables de estas cosas mayores iniciativas recordatorias.
Estamos huérfanos de orientaciones, los géneros se van corrompiendo ante nuestras propias narices, y en tardes otoñales de claroscuros nos hacemos preguntas ociosas, ¿de qué van los documentales sobre la naturaleza? La respuesta inmediata es obvia. Pero si vemos las evoluciones o los formatos más en boga dentro del subgénero, nos parece, según sea la secuencia de entregas que se visione que ahora importa mucho más el protagonista, el presentador que los animales. Es una buena manera, muy dinámica, muy cercana, pero cuando se repite en tantas circunstancias supuestamente extremas, las sospechas sobre montajes, sobre elaboración previa de escenarios y escenas a grabar se hacen irremediables. Vemos que se dejan picar por insectos, que dialogan con el cámara, todo en un formato muy reconocible, pero, a mi entender, muy tramposo. Y entonces retorna envenenada la pregunta recurrente ¿de qué van?
En general se ve mucho animal en cautiverio, y los que aparentemente están en libertad, se nos muestran ejerciendo una crueldad que empieza a ser también sospechosa. De tal manera que uno se pegunta si estos documentales son adecuados en los horarios protegidos para niños y si no sería necesario otro tipo de locución para que cumpliera su valor didáctico sin posibilidad alguna de imitación de esos comportamientos violentos de supervivencia.