El Tribunal Constitucional turco comenzará el martes las deliberaciones que podrían concluir con la ilegalización del principal partido prokurdo, el DTP, por su supuesta relación con los guerrilleros del PKK, lo que supondría un claro revés para la iniciativa del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan para superar el conflicto.

El recurso para ilegalizar al DTP se presentó en el Tribunal Constitucional en 2007. Este partido se creó en 2005 después de que otra formación prokurda fuera prohibida por sus supuestos lazos con el PKK.

«El DTP alberga actividades perjudiciales para la independencia del Estado y de su unidad indivisible», afirmó entonces el fiscal Abdhurrahman Yalçinkaya para demandar su disolución. Los once jueces del Tribunal Constitucional, que tiene entre sus atribuciones la de disolver formaciones políticas, deberían tomar una decisión en el plazo de pocos días o semanas. La ilegalización es la hipótesis más posible según los analistas.

Según el acta de acusación, la dirección del DTP obedece las «órdenes» de Abdullah Öcalan, el líder del PKK que cumple cadena perpetua en la isla de Imrali.

Siete de los 21 diputados del DTP -la Cámara de Ankara tiene 550 escaños-, entre los que se encuentra su presidente, Ahmet Türk, así como numerosos cargos, se enfrentan también a penas de prohibición de realización de actividades políticas de duración variable.

La prohibición del mayor partido legal prokurdo podría suponer el fin de «la apertura democrática» que ha impulsado desde este verano el Gobierno del islamista conservador Erdogan.

El objetivo de este plan es mejorar las condiciones de vida de los kurdos, con la esperanza de que disminuya el apoyo al PKK, que combate al Gobierno turco desde 1984.

Sin embargo, las medidas anunciadas, que se refieren principalmente al uso de la lengua kurda, no han satisfecho al DTP, que reclama que Öcalan sea reconocido como interlocutor en este debate, a lo que Ankara se niega categóricamente.

Los abogados de Öcalan han denunciado que se encuentra «encerrado en vida», mientras que Ankara señala que recibe un trato «conforme a las normas internacionales» y destaca que desde mediados de noviembre puede mantener contacto con otros presos kurdos. Hasta entonces, permanecía en el más absoluto aislamiento, puesto que era el único preso en una cárcel situada en una isla en el mar de Mármara.