Hablar de un Athletic-Valencia es casi siempre hacerlo de un partido vibrante. Más allá de la situación que atraviesen, rojiblancos y levantinos acostumbran a ofrecer lo mejor de sí mismos cuando se enfrentan. Esta vez, además, parecen hacerlo en un momento dulce para ambos y con objetivos ambiciosos de por medio, así que pocos son los que quieren perderse el partido de San Mamés, que por algo estará lleno.

El Athletic, desde luego, llega a la cita en su mejor momento de la temporada. Con cuatro jornadas en positivo, la clasificación europea recién sellada y la puntería afinada, los rojiblancos son conscientes de que esta recta final de 2009 puede marcar definitivamente cuál será su campo de batalla a lo largo de la temporada. Y Europa, mucho tiempo después, está a tiro.

Lo del Valencia no es peor. Superado un mínimo bache que a punto estuvo de costarle un disgusto a Unai Emery, los ché acumulan ocho jornadas imbatidos, lo que les ha permitido asentarse en zona de Champions y aspirar, o al menos soñar, con volver a convertirse en una alternativa a los grandes dominadores del campeonato. El equipo levantino es, además, el visitante más peligroso de la categoría -cinco victorias y una sola derrota-, pese a lo que su técnico llega a San Mamés con la mosca detrás de la oreja. Reconoce que aún le escuece la derrota de la temporada pasada y, sobre todo, que no se fía de un Athletic que ha aprendido a explotar sus virtudes para, pese a no enamorar asiduamente, alcanzar una efectividad que muchos quisieran para sí.

Claro que tampoco el Valencia es una perita en dulce. Aunque rara vez habla de rivales asequibles, Joaquín Caparrós se mostró ayer especialmente contundente al advertir de los peligros del rival. «Es un equipo muy bueno, sabe lo que tiene que hacer en cada momento, es fuerte defensivamente, sabe manejar las situaciones, explota el contraataque... Sobre todo -destacó- hay que estar atentos para ese contraataque mortal que tienen, con jugadores como Joaquín, Mata, Villa... Y esos medios centros como Albelda, que en vez de cumplir años parece que los descumple... Son jugadores de muchísima calidad y además con experiencia».

Pero a todo hay que verle el lado positivo. En este caso, el partido ofrece la posibilidad de demostarse que «somos un equipo competitivo que sabe jugarle a este tipo de conjuntos». Algo para lo que habrá que tener «mucha tranquilidad, ser conscientes de que el partido dura noventa minutos y de que nuestras opciones llegarán y estar muy atentos con su contraataque», insistió.

Bajas y cambios

No está tan claro con qué hombres lo intentará el técnico, que no decidirá su convocatoria hasta el último momento. Aunque tampoco hay demasiado donde elegir, después de que Gurpegi y Ustaritz se hayan unido a la lista de lesionados.

También tiene problemas, según adelantó ayer el propio Caparrós, Fran Yeste, con lo que el centro del campo puede ser la línea más novedosa en la alineación, con la posible entrada de Susaeta -de vuelta en banda-, Orbaiz o incluso Muniain. Además, Koikili tiene muchas opciones de regresar al lateral zurdo y De Marcos podría acompa- ñar a Llorente en punta.