Los cuatro pelotaris cumplieron por todo lo alto con las grandes expectativas que se depositaron en esta semifinal del Campeonato del Mundo. Bonitos tantos, un juego agresivo, y un resultado emocionante. Poco más pudo pedir el pelotazale en la tarde de ayer.

Los 711 pelotazos a buena que se dieron en más de una hora y media de partido, son una buena muestra de que la contienda que plantearon las dos parejas fue dura, extenuante y agotadora para ellos, pero vibrante y emocionante para el espectador.

La primera parte fue durísima, pero los azules se revolvieron mejor en ese contexto de tantos interminable y físicos. Urkijo e Imanol lograron mandar en el marcador por 22-29, pero pronto llegó la segunda fase del duelo. La pareja colorada se repuso de su titubeante inicio, y gracias a la aportación de Beldarrain, que estuvo especialmente acertado, logró dar la vuelta al marcador, consiguiendo el billete para la final.