No hace mucho Osasuna estaba pasando las de Caín, lo mismo que ahora le ocurre al Málaga. Pasado el ecuador de la primera vuelta, la escuadra andaluza, con siete puntos en su casillero y una única victoria hasta ahora en su haber, lleva camino de firmar parecidos números a los que a los rojillos les hacían arrastrarse en la tabla la pasada campaña.

Por eso, los de Camacho saben de sobra lo que es enfrentarse a un rival en serios apuros, ellos estaban en la misma desesperada situación, con lo que ello conlleva de positivo y negativo. En el primer apartado, al Málaga no le va a faltar actitud sobre el campo, no le queda otra, morder y ganar para salir del pozo.

Pero también está el segundo aspecto, el de las prisas y los nervios, y es ahí donde Osasuna puede hincar el diente a su oponente para firmar lo que sería el segundo triunfo foráneo consecutivo y un consiguiente desahogo clasificatorio.

Con la ausencia ya de sobra conocida de Pandiani, las armas que esgrimirán los navarros de cara a conseguir ese objetivo serán prácticamente las mismas que exhibió en La Romareda: control del esférico y búsqueda del marco contrario, pero sobre todo defensa férrea y seguridad máxima en la parte de atrás. Y en esa continuación del estilo de juego visto hace una semana, el técnico murciano esconde sus cartas.

Dos dudas

Ya se sabe que la filosofía de Camacho es la de aplicar el mínimo posible de cambios cuando el conjunto funciona, pero en este caso está en juego sentar en el banco a dos vacas sagradas: Puñal y Miguel Flaño. Ambos futbolistas son de los que más minutos han disputado, pero el buen papel de Sergio y Rúper en la última jornada les da opciones a estos últimos.

Más para el central, pues el de Noain no está siendo el que acostumbra en los encuentros más recientes, si bien el centrocampista de Aiegi estuvo acompañando a Nekounam en el ensayo de ayer.