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Durangoko Azoka

Un gran desván en el que encontrar joyas y alguna que otra rareza

Libros y discos del «fondo de armario» de las editoriales -es decir, difíciles de encontrar en las librerías-, material para autodidactas de todo tipo, posibles regalos navideños y, sobre todo, mucho que curiosear es lo que ofrece la Azoka. Sólo hay que dedicarle tiempo.

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Amaia EREÑAGA | DURANGO

Aunque su razón de ser principal es de ofrecer durante unos pocos días una panorámica general sobre nuestra producción cultural y, sobre todo, venderla -para algo es una feria-, se podría decir que existe vida más allá de las novedades en la Azoka de Durango. Además de alimentar nuestro oculto lado mitómano, no en vano siempre da un especial gusto que lo que compres tenga la firma de puño y letra del autor, en esta cita cultural «rebuscar» entre los stands puede deparar alegrías a quien tenga la paciencia de mirar detenidamente.

Un ejemplo son las rarezas, como las de Metak, la sucesora de Esan Ozenki que cerró sus puertas en 2006, y que en un stand de Elkar permite hacerse con todo el catálogo de la desaparecida discográfica. Ahí está lo primero de Anari, gran parte de Negu Gorriak, EH Sukarra... y a 5 euros el cd. Son joyas casi tan raras como las de Ekin, la editorial fundada en Argentina en los años 40 por exiliados vascos, y de la que se puede encontrar en Ekin-Txalaparta ediciones como «Blancos y negros. ¡Guerra en la paz!», de Arturo Campión, de nada menos que 1952. Son curiosidades que cuestan sólo entre 8 y 14 euros, como la traducción de «Martin Fierro» al euskara (toma el título de «Matxin Burdin»), de 1972, o los tomos de las memorias de Manuel de Irujo, tituladas «Un vasco en el Ministerio de Justicia».

Una de historia

Porque si alguien quiere aprender sobre nuestra historia lo tiene fácil en la Azoka, principalmente sobre la del reino de Nafarroa, que sigue de moda como lo demuestran novelas como de la Pello Guerra (Gara). Las editoriales navarras han traído una amplia oferta a Durango, aunque llama la atención que sea un dvd el más vendido en el stand de Nabarralde: el dvd histórico firmado por Floren Aoiz y Angel Rekalde, titulado «1512. La Conquista de Navarra» (en cuatro idiomas y cuesta 10 euros), y que muestra «la historia que nos han ocultado». Será que las nuevas tecnologías tienen especial tirón, porque en Elhuyar se vende a buen ritmo un grueso y sesudo diccionario enciclopédico sobre ciencia y tecnología que cuesta 65 euros («Zientzia eta teknologiaren hiztegi entziklopedikoa»).

La Azoka también es el lugar donde nos surtimos de los regalos de Olentzero para los más pequeños -la oferta es impresionante, hay de todo-... pero también de todo tipo de material cara a las fechas que nos vienen encima. En calendarios, que los hay de todos los precios, los podemos encontrar montañeros, infantiles, prácticos, reivindicativos y también mitológicos, como el que se regala con la compra en el stand de Gara y que se distribuirá próximamente entre nuestros lectores. En la «cosa navideña» destaca también la oferta de papelería de la revista «Artez», que tiene de todo, desde felicitaciones «del país» (1,30 euros), hasta agendas y carpetas para los chavales con motivos como los de Euskal Herriko Surf Selekzioa.

Y para curiosidades, dos ejemplos: el pack de cuatro rutas para descubrir Euskal Herria de la joven editorial Travel Bug (29,25 euros, en una práctica y bonita caja) y el «fraile del tiempo» con el rostro de Pello Zabala (24 euros) en el stand de Txertoa, como «guiño» al meterólogo y autor de «El tiempo».

Descubrir la Euskal Herria del Lejano Oeste

«Far Westeko Euskal Herria (Pamiela), de Asun Garikano, es una de las novedades más «frescas» de la Azoka, no en vano salió de imprenta una vez comenzada la feria. Lo que comenzó como un proyecto de una antología sobre nuestros emigrantes a partir de la llegada de los primeros vascos sobre 1849 al Lejano Oeste, se ha convertido, en la pluma de la traductora de Bernardo Atxaga, en un libro en el que se escucha la voz en primera persona de aquellos aventureros forzosos. No es como en las películas de Hollywood, pero la vida real resulta más interesante.A.E.

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