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Herta M�ller recorre las heridas del siglo XX en su discurso por el premio Nobel

La escritora rumano-alemana Herta M�ller recorri� ayer en Estocolmo con un descorazonador juego literario las cicatrices de su existencia, que no son otras que las de la Historia del siglo XX.
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Mateo Sancho Cardiel | ESTOCOLMO

�Cada palabra sabe algo del c�rculo vicioso� fue el t�tulo del discurso previo a la entrega del Nobel de Literatura que Herta M�ller recibir� el pr�ximo jueves en la ceremonia oficial presidida por la Casa Real de Suecia en el Korserthuset de Estocolmo. �Los objetos no saben su propio material, los gestos no saben sus sentimientos y las palabras no saben las bocas que las hablan. Pero para estar seguros de nuestra existencia, necesitamos los objetos los gestos y las palabras. Cuantas m�s palabras nos permiten usar, m�s libres nos volvemos�, resumi� ayer M�ller en Academia Sueca.

La escritora, nacida en Nytzkydorf (Ruman�a) en 1953 en una minor�a alemana de este pa�s, expresaba as� el doble filo de su instrumento de trabajo, la palabra, argamasa de una obra con piezas como �El hombre es un gran fais�n en el mundo� o �La bestia del coraz�n�, pero que le fue negada bajo la dictadura de Nicolai Ceacescu. As�, un sola palabra, pa�uelo, le sirvi� en su discurso para hilar una vida marcada por la intersecci�n del nazismo y el comunismo: la de la comunidad suaba que carg� con las culpas del primero y fue azotado por el segundo. Desde 1987, M�ller vive en Berl�n y su premio coincide con los veinte a�os de la ca�da del Muro.

��Has cogido el pa�uelo?�

��Has cogido un pa�uelo?�, le preguntaba su madre cada ma�ana antes de salir de casa. �Era una muestra indirecta de afecto�, dec�a, dentro de un entorno familiar tan opresivo como describi� en �En tierras bajas�, relatado precisamente desde una mirada infantil, y en el que las palabras m�s comunes, siempre en frases breves, levantaban una cotidianeidad irrespirable. Ese mismo pa�uelo se convert�a en su discurso en esa oficina de una planta de manufactura de la que fue despedida tras ser acusada de esp�a al no querer colaborar con la Securitate, el servicio secreto de Ruman�a.

�Puedes defenderte de un ataque, pero no puedes hacer nada contra la calumnia. Cada d�a me preparaba para cualquier cosa, incluida la muerte. Pero no puedes estar lista para esta perfidia. No hay entrenamiento para hacerla tolerable. Te llena de mugre�, reconoci�. Y ese pa�uelo tambi�n aparec�a en la foto de la muerte de su t�o Matz, que hab�a sucumbido a la ideolog�a nacionalsocialista, o en la imagen de su amigo, colega y compatriota Oskar Pastior, quien estando en un campo de concentraci�n ruso, lo recibi� como regalo por parte de una mujer que esperaba a que su hijo volviera de la guerra. Finalmente, su madre, la que le preguntaba siempre si lo llevaba consigo, limpia el polvo de la mesa de un polic�a rumano con su propio pa�uelo, colmado de l�grimas. ��Podemos decir que son precisamente los peque�os objetos los que conectan las cosas m�s disparatadas de la vida? �Que los objetos est�n en �rbita y sus desviaciones revelan un patr�n de repetici�n, un c�rculo vicioso o, como decimos en alem�n, un c�rculo del infierno? Podemos creerlo, pero no decirlo. Pero lo que todav�a no puede ser dicho, puede ser escrito�, recit�.

La palabra hablada frente a la escrita es otra de las obsesiones de M�ller. �Quise decir algo, pero ten�a la boca tan llena de lenguas que no pod�a articular ni una sola palabra�, escrib�a en �En tierras bajas�, publicado finalmente en 1982. Y es que sus textos ser�an tambi�n censurados por el r�gimen de Ceacescu, por lo que tendr�a que ser publicada en Alemania, donde pronto se convirti� en un nombre destacable de las Letras germanas. �He reaccionado ante el miedo mortal con sed por la vida. Un hambre por las palabras. S�lo un remolino de palabras pudo entender mi condici�n�, expres� con amargura. �Gracias a ellas, nada tiene sentido y todo es verdad�.

Ayer finaliz� su discurso haciendo menci�n expl�cita a las dictaduras. �Me gustar�a poder pronunciar una frase para todas las dictaduras que privan de dignidad cada d�a, incluyendo las presentes. Una frase, quiz�, que contenga la palabra pa�uelo �Puede ser -continu�- que la pregunta sobre el pa�uelo nunca fuera sobre el pa�uelo en absoluto, sino sobre la profunda soledad del ser humano?�.

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