Ya en el siglo XVII el juez Pierre de Lancre recriminaba a los vascos su afición por las rivalidades «deportivas» y la vida al aire libre. Y de aquellos juegos sustentados en la fuerza física llegaron las apuestas. Lo uno y lo otro no eran, entonces, más que la imprescindible evasión de las interminables jornadas laborales de los baserritarras o de los arrantzales. Hoy, la sociedad vasca sigue apostando por aquella forma de ocio y el dicho de «un vasco, una txapela; dos vascos, una apuesta» sigue formando parte de su idiosincrasia. Así lo constata el ``Libro Blanco del Juego en la CAV'', presentado el lunes y que radiografía la afición al juego entre los vascos. Un 71% de ellos y un 57% de ellas asegura jugar y es que este informe revela que disponemos de la mayor variedad de juegos de todo el Estado español. Pero, ojo, la irrupción del juego online en internet puede jugar malas pasadas.

El estudio asegura que el juego aquí «es un sector maduro, con una demanda establecida, bien diversificada y con una amplia gama de juegos». No llegamos al extremo de apostar como hace poco en Gran Bretaña quién será el próximo jugador del Liverpool en ser víctima de un robo, pero algunos ya se jugaron en su día unos cuartos en internet en envidar si iba a ser Ibarretxe o López el próximo lehendakari. En 2006 -fecha sobre la que este informe ofrece datos- la cantidad invertida en juego por los habitantes de la CAV fue de 1.300 millones de euros, una cuantía que refleja la importancia de este sector dentro de la oferta de ocio.

Según los datos ofrecidos ayer, los juegos preferidos por los vascos son las máquinas B, seguidas por las Loterías y Apuestas del Estado. Por el contrario, los sorteos de la ONCE y los casinos aparecen como las opciones menos demandadas. Las nuevas generaciones han perdido interés en los bingos, los salones de juego, las máquinas ubicadas en locales hosteleros y los hipódromos. Queda constatado, también, que se sigue confiando en el juego tradicional, a pesar de la proliferación de las páginas web relacionadas con los juegos y las apuestas.

Precisamente, el juego on line es uno de los que está empezando a preocupar. La directora de Juegos y Espectáculos del Gobierno de Lakua, Sonia Fernández, se mostró ayer partidaria de regular de forma inmediata el juego en internet, ya que «sólo así podremos lograr que los consumidores disfruten de todas las garantías exigibles». En la Unión Europea existe un creciente debate sobre la necesidad de regular un negocio al alza, que se mueve libremente en internet y todo de manera, ya se sabe, alegal.

El estudio advierte de que la presencia de una amplia oferta de juegos en internet, todos ellos promovidos aprovechando el vacío legal, comienza a «robar» gradualmente cota de mercado a los operadores tradicionales. Buena prueba de ello es que, en relación a las nuevas tecnologías, el 2,7 % de la población encuestada dice haber jugado o apostado por internet en el último mes, lo que equivaldría a 60.000 ciudadanos vascos.

Menos de 40 euros al mes

Hombre de 45 a 65 años de edad, de nivel salarial medio-bajo, es el jugador-tipo vasco. Los ciudadanos casados o en pareja son quienes más juegan. El 82,4 % asegura gastar menos de 40 euros al mes, es decir, que las cantidades que nos jugamos con relativa frecuencia son bajas. Quizá porque sigue vigente el refrán de «jokoa azkarrago da jokalariak baño», o lo que es lo mismo, el juego es más hábil y astuto que los jugadores.

Por otro lado, el juego entre vascos sigie siendo fiel a aquel axioma de «dos vascos, una apuesta» y es que continúa teniendo un importante componente social que se ve reflejado en el hecho de que el 60 % de los vascos juega en compañía, preferentemente con familiares y amigos.

Ésas son las cifras de esta radiografía, de una práctica sobre la que el informe refiere el hecho de que la imagen del juego ha mejorado ligeramente, con una reducción en el número de ciudadanos que consideran que es algo peligroso o puede tener graves consecuencias. Seguramente, las asociaciones que trabajan en el campo de la ludopatía tendrán otra opinión diferente, aunque compartirán la misma que defiende el Gobierno de Lakua: el fomento del juego responsable. Jugar debe ser un acto entretenido y no un medio para ganar dinero.