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Juicio en Argentina al ex marino Alfredo Astiz

«La gente conoce a Astiz, pero no sabe que fueron doce los secuestrados en la Santa Cruz ni por qué lo fueron»

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María Cabrejas
Directora de «La Santa Cruz, refugio de resistencia»

María Cabrejas ha dirigido el documental «La Santa Cruz, refugio de resistencia», estrenado en Buenos Aires el 19 de octubre. El trabajo está disponible en la página web www.peliculasantacruz.blogspot.com, que hasta la fecha ha recibido 15.960 visitas. En él familiares y amigos recuerdan las ilusiones, personalidad y militancia del tristemente conocido «grupo de la Santa Cruz».

¿Qué ha supuesto para usted la elaboración de este documental?

Muchas cosas, porque con la hermana Alice Domon me une historia familiar y personal. Cuando tenía entre cinco y seis años, mis padres, militantes de la iglesia cristiana, comenzaron a visitar la villa emergencia-miseria de Lugano, en la ciudad de Buenos Aires. Un día llegó Alice a la villa, donde acabó viviendo. Se hizo íntima amiga de mi madre y fue mi maestra de catecismo durante dos años. En más de una ocasión durmió en mi casa. Para mí este trabajo ha sido como un homenaje a esa mujer, que era como una especie de tía. Vivimos su secuestro con un particular dramatismo, porque unos meses antes habían secuestrado a mi hermana mayor, que estuvo detenida en la ESMA durante un mes y, por suerte, hoy está viva. Durante su desaparición, en agosto de 1976, Alice ayudó a mi madre, sobre todo a tranquilizarse para poder salir a buscarla. Cuando a los días nos enteramos de su desaparición, para mi mamá fue una nueva angustia. Ya sabíamos lo que era ser un desaparecido. Fue desesperante.

¿Qué destacaría de ella?

Guardo los mejores recuerdos. Tenía un carisma muy particular e, inmediatamente, se convirtió en una más de ese lugar sin ningún tipo de diferenciación. No usaba hábitos y vivía en la casa más humilde. Cuando llevaba poco tiempo en Lugano, se enteró de la llegada de una familia procedente de la provincia de Tucumán. Supo que habían construido una casa con chapa y cartón. Junto a la hermana Montserrat, decidió cambiarles la casa porque la suya era algo mejor. La gente comía de los restos sacados de la basura y ella también. Cualquier obsequio que le hicieras se lo regalaba a quien más lo necesitara. Siempre estaba con una sonrisa. Para ella no había horarios.

¿Qué significa la iglesia de la Santa Cruz en la historia reciente de Argentina?

Es un símbolo vivo de la lucha por los derechos humanos en el pasado y presente, porque aún hoy hay un montón de derechos elementales que están siendo avasallados. Desde mi punto de vista, en comparación con los anteriores, este Gobierno es mejor, pero tampoco alcanza porque todavía hay gente que se muere de desnutrición y hay desocupados. Los represores de casi todas las causas están en libertad, no sólo los militares sino también los civiles que fueron cómplices de todo el mecanismo que se armó durante la dictadura para poder hacer desaparecer a la gente e implementar un sistema económico que seguimos pagando.

¿Le ha resultado fácil dirigir un documental con tanta carga emocional?

No, porque la gente siente mucho dolor. Algunos de los que aparecen en el documental son militantes en activo, como es el caso de Ana María Careaga, pero otros muchos no. Hay quienes habitualmente no hablan de lo ocurrido, lo tienen guardado con mucho dolor. Por eso, hubo un trabajo previo de convencimiento para que formaran y se sintieran parte de la narración y hacerles sentir que su testimonio es valioso para que lo escuche la gente que ignora la historia. Hubo entrevistas previas sin cámaras hasta que se sintieron preparados. Todos han participado seguros de que lo que estaban diciendo iba a ser escuchado por muchos.

De hecho, se puede descargar gratis desde la página web, donde se hace hincapié en que su objetivo es su divulgación. ¿Cómo fue el estreno el 19 de octubre?

Hicimos un preestreno no comercial en una sala del Instituto Argentino de Cine, con capacidad para 700 personas. Calculamos que hubo más de mil. Fue muy motivo. En los primeros cuatro días hubo mil descargas, al blog han entrado ya 15.960 personas, me han escrito desde varias provincias argentinas pidiéndome autorización para proyectar la cinta. Es probable que el Instituto del Cine nos dé una sala para hacer un estreno comercial coincidiendo con el inicio del juicio –que ya se ha retrasado en varias ocasiones. La fecha inicial era el 6 de octubre–.
Muchos de los que me escriben admiten desconocer la historia e incluso que va a haber un juicio. La gente conoce a Alfredo Astiz pero no sabe que fueron doce los secuestrados ni por qué lo fueron. Sigue habiendo un manto de sospecha sobre los desaparecidos; muchos mantienen aquello de «algo habrían hecho». Espero que la cinta ayude a difundir esta historia, porque es muy difícil construir la democracia con la impunidad viviendo entre nosotros.A. L.

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