Cinco meses después de que ETA atacara la sede del PSE en Durango, los vecinos del barrio en el que está ubicada han realizada una protesta para que el local sea trasladado del lugar.

La protesta se basa en la colocación de carteles en los balcones y las ventanas, algunos de ellos acompañados de ikurriñas, en los que se exige «Sederik ez». Estos carteles han conseguido captar la atención de los muchos visitantes que ha tenido Durango estos días debido a la Feria del Libro y Disco.

Estos carteles, que están siendo nombrados ya como «las pancartas de la vergüenza», fueron duramente criticados ayer por el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, que cree que suponen una «doble agresión» para su partido y que evidencian un «déficit de pedagogía democrática».

Ésta no ha sido la única dinámica emprendida por la comunidad de vecinos, ya que durante estos meses se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para reclamar el traslado de la sede e incluso con integrantes de la Ejecutiva local del PSE.

Cabe recordar que tras la explosión, oficialmente se dijo que no había habido avisos y que la zona había sido acordonada porque un vecino vio colocar la mochila. Esta versión fue desmentida por ETA, que aseguró que sí efectuó llamadas de aviso, una al Ayuntamiento y otra al servicio de emergencias, pero que ésta fue cortada.