Especulación urbanística en Donostia
Visita guiada a una «ciudad de la usura» con 8.000 vecinos sin casa
La plataforma Kepasakonlakasa, que lucha por el derecho de toda persona a tener una vivienda digna, organizó ayer una ruta por Donostia para evidenciar «in situ» la realidad de la especulación. Además de denunciar los más de 6.000 euros que cuesta el metro cuadrado, recordaron que «sólo» en Riberas de Loiola más de 750 viviendas están sin habitar. Al final, instaron a promotoras y Ayuntamiento a diseñar un plan basado en el alquiler de viviendas de VPO.
Oihane LARRETXEA | DONOSTIA
La plataforma Kepasakonlakasa nació hace tres años de manera casual, cuando un grupo de personas se sentó frente al Consistorio donostiarra para denunciar la imposibilidad de muchos jóvenes para acceder a una vivienda digna. Ayer, bajo el nombre de «Donostia 2009, capital mundial de la usura», recorrieron junto a los periodistas varias zonas y barrios de una ciudad en que, según Jürgen Wolf, miembro de la plataforma, el precio del suelo está «sobrevalorado» y se construye pensando sólo «en los astronómicos beneficios que se pueden obtener por la venta de cada casa».
La ruta comenzó en la calle Hernani -la calle con el metro cuadrado más caro-, siguió por el Paseo de la Concha hasta llegar a la Plaza Vinuesa, donde un edificio entero está vacío desde hace quince años. Palacetes abandonados con vistas al mar, la calle San Bartolomé, el barrio «fantasma» de Riberas de Loiola y las casas cuartel de Intxaurrondo y Loiola completaban un cuadro desolador. «Nosotros somos gente normal -decía Wolf-, simplemente tenemos problemas de vivienda, como la mayoría de la gente».
Incapacidad política
Ya en el punto de encuentro fijado en Alderdi Eder, Wolf denunció la incapacidad de las instituciones, y del Ayuntamiento en especial, para llevar a cabo una política de vivienda: «Hemos organizado esta ruta para ver algunos de los escándalos urbanísticos de Donostia empezando por aquí, porque el Consisto- rio no ha sido capaz de hacer una política lógica de urbanismo». «El Ayuntamiento donostiarra hace dos políticas paralelas de vivienda: por un lado otorga licencias de suelo para construir y vender las casas a un precio libre -especificó Wolf-, y por otro se construyen Viviendas de Protección Oficial para que la gente no se les `lance al cuello' y estén tranquilos».
«Lo que no puede ser es que más de 8.000 personas estén inscritas en las listas de Etxebide para tener un techo [sólo un 1% tiene la suerte de salir con casa tras los sorteos que se realizan] y, por otro lado, sólo en Riberas de Loiola haya alrededor de 750 viviendas vacías, sin habitar, y que nadie haga nada al respecto», denunciaron desde la plataforma.
Deseo de acuerdos
En este contexto, anunciaron que la próxima semana han fijado una reunión a la que han citado a la Kutxa, el Ayuntamiento, el Gobierno de Lakua y algu- nas promotoras e inmobiliarias. «Algunas entidades nos han afirmado la asistencia, otros en cambio ni siquiera nos han respondido, incluso nos han asegurado no haber recibido la carta con la citación», afirmó Jürgen Wolf. Indicaron que su objetivo es realizar una reunión privada, y anticiparon las propuestas que trasladarán a las instituciones: «Les expresaremos nuestro desacuerdo con la especulación que azota Donostia y que eso debe cambiar. La crisis no la hemos provocado nosotros, más bien han sido algunos de ellos, en cambio sí que la estamos pagando», anunciaron desde la plataforma.
«Les pediremos que entren en razón y pongan los precios de manera que sus gastos queden cubiertos -explicó-, pero que al mismo tiempo que esas viviendas sean VPO en calidad de alquiler». Con esta petición, Kepasakonlakasa pretende fomentar esta opción y que «cuando encuentre algo mejor», la gente ceda el piso a quien lo necesite entonces: «No pedimos VPO para toda la vida, porque creemos que las opciones de una persona pueden ser mejores».
Según las informaciones y datos contrastados por Kepasakonlakasa, las calles Hernani y Zubieta son las vías con el metro cuadrado más caro de la ciudad. El año pasado, en 2008, el metro cuadrado del suelo sin edificar, es decir, el terreno del solar nada más, costaba 8.650 euros. En cambio esta cuantía se duplicaba cuando se había edificado. Así, adquirir una vivienda de «compra libre» en dichas calles o una con vistas a la bahía ascendía a los 16.000 euros. El precio final también varía si el edificio construido es de Protección Oficial; en ese caso, el metro cuadrado costaba 1.450 euros, aproximadamente.
Con estas cifra, desde la plataforma denuncian que «no es el precio del suelo quien determina el precio de la vivienda, sino que es el propietario del terreno quien fija cuánto está dispuesto a pagarle por el solar un promotor, y de ahí la especulación». Por tanto, insisten en que para rebajar el precio de la vivienda «es tan importante eliminar el costo del suelo como someter su venta a un mercado regulado».
Aunque para mucha gente pase inadvertida, junto a la talasoterapia de La Perla se encuentra la Plaza Vinuesa. En ella un gran edificio de color blanco y negro -en la esquina con la calle San Martín- lleva quince años abandonado. Es más, en tan cotizado edificio nunca ha habido inquilinos. Comunmente conocida como «la casa del francés», el edificio pertenece a un constructor vasco que, según Kepasakonlakasa, «no es la primera vez que hace esto con un edificio entero». Por «problemas» entre el Ayuntamiento y el propietario, los trámites para vivir en ella quedaron paralizados. «La construcción y diseño de la vivenda se cambió sobre la marcha, y el resultado que ahora puede verse no es el acordado al principio», apuntaron.
Más adelante, en Maskor Gain, asoman dos palacetes, pero uno de ellos, según la plataforma, no cumple la ley: «La casa tiene cuatro plantas en vez de tres y cien plazas de parking en lugar de cuarenta». «La licencia original se cambió por conveniencia -añaden- y gracias a eso lo construyeron en un 30% por encima de su capacidad. En vez de tirarla, pagaron las licencias».
Finalmente, el Ayuntamiento no sacará a concurso los derechos urbanísticos del medio millar de viviendas proyectadas en el cerro de San Bartolomé, según anunció la plataforma Amara Bai. Harkaitz Aranburu, desde la asociación de vecinos, quiso denunciar el chantaje que está recibiendo el barrio por «depender de un proyecto». «Cosideramos chantaje que presionen a los vecinos pidiendo que firmen porque se acaba el plazo para que comienzen las obras». Añadió que llevan más de veinte años sin que hayan diseñado nada para esta zona «con la excusa de que hay una operación en marcha» y apuntó que ahora se encuentran «con este problema».
En cuanto a la regeneración de Amara Zaharra, uno de los objetivos es la reducción del tráfico particular, una tarea por ahora «frustrada». Hay cinco parkings subterráneos en la zona y las sucesivas ampliaciones de su capacidad que se han llevado a cabo en los últimos años sólo responden, en opinión de los vecinos, «a un afán recaudatorio de las empresas explotadoras de dichos negocios, en conformidad con la autoridades municipales».
«El Ayuntamiento tenía que haber realizado el censo con las viviendas vacías que hay en la ciudad. Puesto que no lo ha hecho, nosotros mismos hemos echado la cuenta», relató Wolf, frente a las viviendas a medio construir en Riberas de Loiola. «Para ello cogimos las licencias, el Plan General, fuimos de casa en casa, de noche y de día, hablamos con los trabajadores...». Con los números en la mano, Wolf matizó que la situación de los edificios es muy diversa, pero que todas ellas están sin habitar. «La cifra más llamativa es la de los pisos vacíos en bloques enteros. Son, en total, 578 viviendas». En conjunto, y en el mismo barrio, Wolf destacó que alrededor de 768 viviendas están vacías. Alrededor de diez promotoras diferentes gestionan las obras del barrio, y por ello el ritmo de cada bloque es diferente. En el caso del edificio situado al final del Paseo de Barcelona, pertenecía a un promotor que se quedó en bancarrota y «no le quedó más remedio que cederle a Kutxa el edificio entero», contó Wolf. Pero lo más llamativo estriba en que hay casas con las fachadas construidas pero que están vacías por dentro, «para dar la sensación de que esto avanza».
En cuanto al proyectado barrio de Auditz Akular, Wolf señaló que más de 700 casas están aún sin vender, citando datos de los vecinos. Asimismo, trasladó la preocupación de los residentes, que insisten en la «necesidad de mantener los terrenos verdes de alrededor y no la incesante construcción de viviendas que luego resultan vacías».
Por otro lado, Kepasakonlakasa explicó que «como entidad desarmada que es, no entiende sobre defensa militar, por lo tanto no sabemos si el cuartel de Loiola necesita tanto espacio, ni vamos a entrar en ello, pero viéndolo de cerca tenemos la impresión de que tanto los instrumentos como los camiones que tienen estacionados fuera se podrían ajustar más al espacio y liberar al menos la mitad del suelo para hacer viviendas. Tal como se hizo en mi Alemania natal», indicó en tono irónico Wolf.
En cuanto al cuartel de Intxaurrondo, la plataforma asegura tener unas informaciones recientes «que corroboran que gran parte de las viviendas están vacías, y en consecuencia se convierten en viviendas que bien podrían ser aprovechadas».
Los «prohibitivos» precios de la vivienda en Donostia hacen de la capital guipuzcoana la ciudad más cara de Euskal Herria. A nivel estatal, le siguen de cerca Getxo y Madrid.
Los más de 6.000 euros que piden las promotoras por metro cuadrado han llevado a Kepasakonlakasa a hacer una comparativa entre la ciudad costera y la capital alemana, Berlín. «Tenemos que tener en cuenta dos aspectos: por un lado hemos comparado los sueldos de los donostiarras con los de los alemanes, y por otro la cuantía de la mensualidad que destinan los ciudadanos de una ciudad y de otra a la hora de comprar o alquilar una vivienda», explicó Wolf. «Pues bien -prosiguió-, el sueldo de un berlinés es un 50%, incluso un 100%, más alto que el de un donostiarra. Por otro lado, las casas son más baratas allí, por lo que sólo destinan el 15% de su mensualidad para adquirir la vivienda». En Donostia, la situación «es bien distinta» ya que se emplea casi el sueldo en su totalidad.
Para esbozar una idea general, Wolf expuso un ejemplo: «Un piso de tres habitaciones y 80 metros cuadrados cuesta alrededor de 120.000 euros en la capital alemana, mientras que en Donostia, una vivienda de similares características cuesta en Riberas de Loiola entre 420.000 y 720.000 euros».