Expertos piden una actuación para salvar la arquitectura de la ciudad de La Habana
Un grupo de arquitectos, entre los que se encuentra Rafael Moneo, han expresado la necesidad de salvar la arquitectura colonial y moderna de toda La Habana y no centrar esfuerzos sólo en el barrio antiguo.GARA | BARCELONA
El arquitecto navarro Rafael Moneo dio a conocer ayer su proyecto de remodelación del Hotel Packard, en pleno Paseo del Prado de La Habana, que en los años 50 alojó a personajes como Marlon Brando o Rubén Darío. Lo hizo en el marco de las Jornadas Internacionales sobre la Intervención en el Patrimonio Arquitectónico que estos días tienen lugar en Barcelona. Las jornadas han sido organizadas por el Colegio de Arquitectos de Catalunya bajo el título «Arquitecturas de ida y vuelta».
El coordinador de las jornadas, Josep Maria Fortià, ha manifestado que el título del simposio tiene que ver con «las arquitecturas catalana y española que marcharon al Caribe, sobre todo a Cuba».
El arquitecto, historiador y crítico cubano Eduardo Luis Rodríguez, uno de los participantes en las jornadas, ha explicado que «en estos momentos, la concienciación de la población y del Gobierno respecto de la preservación arquitectónica de la Habana Vieja está garantizada en Cuba», si bien reconoce que «hay problemas desde el punto de vista financiero».
Una de las vías abiertas para resolver esta cuestión son, comenta Rodríguez, «la búsqueda de inversiones extranjeras para crear un fondo destinado a la remodelación arquitectónica».
Para Rodríguez, uno de los más destacados críticos de arquitectura de Cuba, «el gran problema no es la Habana Vieja y su patrimonio colonial, sino el territorio de la ciudad que queda fuera y el patrimonio del siglo XX, que es tan valioso como el patrimonio colonial».
El arquitecto cubano, con el que coinciden muchos de los ponentes de las jornadas, considera que es necesario un plan similar al que existe en la Habana Vieja para extenderlo a otras zonas de la ciudad, donde hay numerosas muestras de arquitectura claramente influida por el modernismo catalán.
Ganar una batalla
Por esa razón, Rodríguez piensa que «si salvamos la Habana Vieja, sólo habremos ganado una batalla, pero no la guerra».
En ese entorno externo a la Habana Vieja hay edificios de todas las épocas del siglo XX, «desde el `art nouveau' al denominado período eclecticista, que deriva de la influencia de la Escuela de Bellas Artes de París, o la arquitectura del movimiento moderno producida después de la II Guerra Mundial y hasta los años 60». Precisamente, el arquitecto Ricardo Porro ha hablado en las jornadas de la rehabilitación de uno de esos edificios modernos emblemáticos, la Escuela de Artes Plásticas y Danza Moderna, que fue uno de los primeros edificios construidos en la Revolución.
Advierte el crítico cubano que «se están perdiendo mucho de esos edificios modernos por deterioro o por transformaciones innecesarias».
En las jornadas, además de Rafael Moneo, otros profesionales como Jose María Churtichaga y Cayetana de la Quadra Salcedo han presentado proyectos para la ciudad de La Habana.
Eduardo Luis Rodríguez se muestra favorable a ese modelo de participación de grandes arquitectos extranjeros: «Aunque algunos se oponen a ese modelo, yo apoyo esa tradición que a lo largo del siglo XX hubo en Cuba de contar con importantes arquitectos de fuera de la isla», ha señalado.
La directora del Plan Maestro de la Ciudad de La Habana, Patricia Rodríguez, ha explicado en su intervención en las jornadas el modelo de gestión aplicado a La Habana, pilotado por una Oficina del Historiador, y que se ha extendido a ciudades históricas como Santiago de Cuba, Cienfuegos, Trinidad y Camagüey, estas tres últimas Patrimonio de la Humanidad.