Crónica | Elecciones en chile
Indiferencia mapuche ante el próximo presidente
Decenas de carros tirados por caballos se amontonan frente al colegio electoral de Cajón, pueblo de la comuna de Vilcún, en la Araucanía chilena o Wallmapu, territorio de los mapuches. Los más mayores se bajan con dificultad de los carros y se encaminan hacia el colegio para votar en estas primeras elecciones sin Augusto Pinochet. Mientras, los hijos o nietos se quedan guardando los vehículos de tracción animal, charlando y riendo durante horas, ajenos al proceso electoral en marcha.
Beñat ZALDUA Temuco
Una vez dentro del colegio, los militares que dominaron Chile durante la dictadura son los que custodian la entrada a las mesas electorales y se encargan de garantizar «el pleno funcionamiento de la democracia», asegura el jefe de Carabineros (Policía militarizada), quien se queja de los pocos efectivos que le llegan a su zona. «Somos inferiores en número al enemigo», asegura. En el norte de la región, en Malleco, decenas de mapuches encapuchados bloquearon con una barricada una carretera por la mañana, pero en Cajón no se respira ninguna tensión. Y es que a los mapuches más jóvenes poco les importa el resultado de unas elecciones que el resto del país juzga como cruciales porque la derecha podría llegar al poder por primera vez desde el fin de la dictadura.
Según las últimas encuestas, el candidato de la derecha, Sebastián Piñera, resultaría ganador en esta primera vuelta, aunque no por mayoría absoluta, por lo que se tendría que medir en segunda vuelta con Eduardo Frei, presidente entre los años 1994 y 2000 y abanderado de la Concertación (alianza entre socialistas, socialdemócratas y radicales que gobierna Chile desde el fin de la dictadura). El resultado de una segunda vuelta, prevista para el 17 de enero, dependerá de si los otros dos candidatos apoyan o no a Frei.
El candidato del izquierdista Juntos Podemos-Frente Amplio y antiguo secretario de Salvador Allende, Jorge Arrate, ya anunció la semana pasada que pediría el voto por Frei para la segunda vuelta, pero el exiguo 7% que le otorgan las encuestas no le servirá al candidato oficialista para ganar la segunda vuelta. Por ello, le son necesarios los votos del candidato independiente, Marco Enríquez-Ominami, diputado en el Parlamento y expulsado de la Concertación. A Ominami, hijo del fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), no le dejaron presentarse a las primarias de la Concertación, por lo que decidió presentarse como independiente, arrastrando consigo muchos votos concertacionistas, que acusan a la coalición gubernamental de inmovilismo después de 20 años en el poder. El quid de las elecciones será si todos estos antiguos votantes de la Concertación vuelven a votar por Frei en la segunda vuelta o no.
Sin embargo, al portavoz de la Coordinadora de Organizaciones Autónomas Mapuches de Santiago, Raúl Nahuelpan, poco le importa quién termine ganando, ya que ninguno de los candidatos habla en su programa del tema mapuche ni del derecho a la autodeterminación que reclama. «Tampoco dicen nada -comenta el joven mapuche¯sobre la indiscriminada política antiterrorista del Gobierno contra los mapuches».
En Chile es opcional inscribirse en el censo electoral, pero una vez inscrito, el voto es obligatorio, con una sanción de 40.000 pesos (50 euros) para quien no cumpla tan democrática obligación. El resultado es que la mayoría de jóvenes no se inscriben en el registro, algo que después no consta en los índices de abstención. Algunos no votan porque no les interesa «la huevá» de las elecciones, mientras otros, como Nahuelpan, no lo hacen porque dicen no sentirse representados ni en esta democracia ni en este país.
Brutalidad policial
Para él, «el tema de quién está en el Gobierno es indiferente, ya que la estructura política y económica de opresión no cambia». Afirma que no le hace «ninguna ilusión» ver a la derecha en el poder, pero acusa a la Concertación de ser responsable de «la brutalidad policial y la represión contra el pueblo mapuche». Tres mapuches han muerto por fuego de los carabineros en los últimos meses, y 50 presos políticos están encarcelados en varias prisiones chilenas, mientras una decena de personas vive en la clandestinidad. «Nos acusan de terroristas, pero aquí los únicos muertos y secuestrados son mapuches», subraya.
«Bajo la aplicación de la ley antiterrorista, todos los activistas mapuches pasamos a ser criminales», se queja Nahuelpan, quien denuncia casos de tortura a algunos de los presos. «La Policía de Investigaciones de Carabineros se llevó al preso mapuche Marco Miranao un jueves y no lo devolvió a la cárcel hasta el siguiente domingo, en un estado lamentable. Hasta la Gendarmería -Policía encargada de la custodia de las cárceles¯ presentó una queja», señala.
«Si todo esto ocurre con la Concertación, que dice respetar los derechos humanos, ¿por qué nos tienen que importar las elecciones?» pregunta el portavoz mapuche, para añadir que su lucha se centra en otros frentes. «La causa común de la mayoría de grupos mapuches es la autonomía, en eso estamos de acuerdo, pero hay divergencias sobre hasta qué grado de autonomía se quiere llegar y sobre las formas de conseguirla».
Las tomas de tierras
En este sentido, Nahuelpan se alinea a título personal con los postulados de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), que propone acciones más directas para recuperar territorios y avanzar hacia la autonomía. «Algunos defienden la toma de tierras simbólica, es decir, ocupar un terreno y luego abandonarlo. Yo creo que es más efectivo ocupar la tierra y quedarse», declara y, acto seguido, asegura que «por esta vía se han recuperado muchas tierras». Pero según el activista mapuche, queda mucho por hacer y «sea quien sea el próximo presidente, no nos solucionará nada», ya que el trasfondo de todo, según remarca Nahuelpan, es económico.
En efecto, la región de la Araucanía, donde se encuentran la mayoría de las comunidades mapuches, es una región de alto valor estratégico para Chile. Por un lado están los intereses mineros, con más de 100 concesiones mineras en la región; por otro, los intereses energéticos, con nueve centrales hidroeléctricas; y finalmente, y como elemento más importante, la industria forestal, que tiene en la Araucanía uno de sus más grandes centros de producción y supone el segundo rubro económico de Chile, después del cobre.
De hecho, los dueños de las dos principales empresas forestales, Eliodoro Matte (Forestal Mininco) y Anacleto Angelini (Forestal Arauco), son dos de los hombres más ricos de Chile y de Latinoamérica entera.
«El potencial forestal, minero y energético de Wallmapu (territorio mapuche) hace que las industrias quieran tener bien amarrada la región, por lo que el presidente de la nación simplemente se dedica a gestionar los intereses de dichas empresas», lamenta Nahuelpan, que para ilustrar lo señalado, asegura que «las empresas forestales poseen el doble de territorio que todas las comunidades mapuches».
También es por eso que varios grupos mapuches como la CAM no sólo piden mayor grado de autonomía, sino que reclaman un cambio en el modelo de explotación económica. «El poder político depende del económico, así que hasta que no cambie la base económica, poca cosa cambiará en el aspecto político». Para ilustrarlo, el portavoz dice que «la autonomía es como una cancha con las rayas pintadas para jugar fútbol; nosotros queremos jugar palenque, pero las rayas nos obligan a jugar a fútbol. No queremos una cancha rayada, la queremos limpia para rayarla como nosotros queramos».
Amenazantes megaproyectos
El partido mapuche Wallmapuwen defiende la misma postura: «Este modelo depredador exige la expansión de las plantaciones forestales en desmedro de nuestras comunidades, nos impone los megaproyectos que desfiguran el País Mapuche, y permiten el saqueo de nuestros recursos naturales», añadiendo que «en el terreno económico, que el próximo presidente sea Eduardo Frei o Sebastián Piñera no será más que la continuidad de dicho modelo neoliberal, con todo lo que ello implica en particular para nosotros los mapuches».
Sin que se sepan los porcentajes reales de abstención, Chile celebrará durante esta semana la fiesta de la democracia, mientras los dos candidatos elegidos para la segunda vuelta, Piñera y probablemente Frei, se apresuran a tomar posiciones para el último sprint. Consciente de la dificultad de encontrar nuevos apoyos, Piñera se mostrará a Chile y al mundo como presidente, con triunfalistas puestas en escena. Por su lado, Frei intentará recuperar los votos que se le fueron con Henríquez-Ominami, en lo que ayudará la propia presidenta, Michelle Bachelet, que después de acabar su periodo con una aprobación del 75%, no quiere pasar a la historia como la presidenta que entregó el poder a la derecha.
Mientras tanto, los jóvenes mapuches de Cajón se despiden con la promesa de volverse a encontrar todos el 17 de enero, para seguir charlando y riendo mientras sus abuelos votan en la segunda vuelta.